Folia Doc Año XXI No3 2018
Fundación Femeba , 4 de abril de 2019
Desde hace varios años se viene especulando sobre la posibilidad de que hormonas producidas en el tracto gastrointestinal regulen el apetito y la saciedad por mecanismos endócrinos que actúen sobre el sistema nervioso central (SNC) (1) . A partir del estudio de estas hormonas se ha postulado que los fármacos que reproduzcan sus efectos podrían ser útiles en el tratamiento de la obesidad.
La liraglutida es un análogo del péptido similar al glucagón 1 (glucagon-like peptide 1, GLP-1), una hormona con múltiples acciones que tiene efecto anorexígeno en el SNC. Estudiada inicialmente para el tratamiento de la diabetes tipo 2, su uso se ha extendido al tratamiento del sobrepeso y la obesidad en pacientes sin diabetes.
En esta revisión haremos foco primario sobre las interacciones entre los péptidos intestinales y el SNC, dirigidas a la regulación del apetito y del peso corporal, y en especial a la liraglutida y su acción sobre el cerebro, sus efectos anorécticos y neuroprotectores, y su eventual indicación en sobrepeso y obesidad (2) .