Cadime, 30 de abril de 2019
La deprescripción se define como la retirada supervisada por un profesional médico de fármacos inapropiados. Esta práctica está aumentando como respuesta a la polimedicación (1,2). La prescripción de varios fármacos debe adecuarse a las condiciones del paciente, teniendo en cuenta los riesgos de efectos adversos e interacciones de todos los fármacos implicados (3), debiendo considerarse estos mismos factores si se plantea la deprescripción (ver figura 1) (4).
Se considera polimedicación el uso diario de más de 4-5 fármacos, pero desde el punto de vista cualitativo también puede considerarse polimedicación el uso de fármacos inadecuados o que no estén clínicamente indicados (3,4).
Para abordar la deprescripción existen diversas herramientas en forma de algoritmos, criterios y recomendaciones, que pueden ayudar a orientar las decisiones clínicas para reducir medicamentos (1,2,5-7). Generalmente están enfocadas a detectar fármacos potencialmente inadecuados en pacientes geriátricos, debiendo tenerse en cuenta que no suplantan el criterio clínico o preferencias, valores, objetivos de cuidado y necesidades de un paciente individual, ni se deben utilizar de forma punitiva o para restringir excesivamente el acceso a los fármacos
Se presentan algunas herramientas de interés para abordar la deprescripción de medicamentos, ordenadas cronológicamente, cuya consulta puede ser de utilidad práctica para los profesionales implicados en el tema.
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