Adecuación y seguridad de los Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP) en su uso prolongado
Los IBP se deben prescribir a la menor dosis eficaz y durante el menor tiempo posible, revaluando periódicamente la necesidad de tratamiento. Es responsabilidad de todos evitar su uso inapropiado e innecesario.. Ojo de Markov número noventa y siete - marzo 2024
Los Inhibidores de la Bomba de Protones (IBP) -omeprazol, lansoprazol, rabeprazol, pantoprazol y esomeprazol-, son uno de los grupos de fármacos más consumidos y de los que más se ha incrementado el consumo. No hay diferencias relevantes entre los distintos IBP en términos de seguridad y eficacia. Omeprazol es el de elección por ser el más eficiente del grupo (salvo en su uso concomitante con clopidogrel).
La utilización de los IBP NO siempre está justificada y es frecuente que los pacientes los tomen durante más tiempo del necesario o recomendado bajo la idea de que, además de eficaces, son muy seguros. Sin embargo, estudios observacionales muestran un aumento del riesgo de efectos adversos de relevancia clínica en su uso a largo plazo (más de 8 semanas), lo que exige la revaluación periódica de los tratamientos. Por ello, es importante establecer, junto con el paciente, la duración del tratamiento al inicio de la prescripción e informarle de los posibles riesgos de la toma continuada.
Los IBP se deben prescribir a la menor dosis eficaz y durante el menor tiempo posible, revaluando periódicamente la necesidad de tratamiento. Es responsabilidad de todos evitar su uso inapropiado e innecesario.
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Conclusiones
Los IBP solo se deben prescribir según las indicaciones de uso autorizadas, a la menor dosis eficaz y durante el menor tiempo posible, siendo necesaria la revaluación periódica de la necesidad de tratamiento (al menos, una vez al año).
Cuando una indicación de IBP no está clara, el riesgo de efectos adversos puede superar la posibilidad de beneficio.
Se debe plantear la deprescripción cuando el IBP se está utilizando en indicaciones no autorizadas, si no hay respuesta al tratamiento, si aparecen efectos adversos no tolerables o si se ha tomado durante más de 8 semanas, excepto si hay una indicación específica para su uso a largo plazo.
La retirada debe ser gradual para evitar el efecto rebote. Son posibles diferentes estrategias de deprescripción: reducir la dosis de IBP (de 2 veces al día a una vez al día; reducir la dosis a la mitad; tomarlo cada dos días…) o dejar de tomarlo de forma crónica y utilizarlo a demanda (el tiempo suficiente hasta la resolución de los síntomas. Si estos reaparecen, se podría retomar la medicación hasta su resolución).
el boletin
El Ojo de Markov 97 - Adecuación y seguridad de los IBP en su uso prolongado, ( incluyendo dos algoritmos de deprescripción)
completo disponible en https://n9.cl/a8i53