Boletín de Farmacovigilancia de Cataluña

Trastornos de la refracción y de la acomodación provocados por fármacos. Comunicaciones de riesgos asociados al uso de medicamentos notificadas por la AEMPS. Vol. 15, n.º 2 • marzo - abril 2017

Trastornos de la refracción y de la acomodación provocados por fármacos. Comunicaciones de riesgos asociados al uso de medicamentos notificadas por la AEMPS

Vol. 15, n.º 2 • marzo - abril 2017

 

Trastornos de la refracción y de la acomodación provocados por fármacos

Las causas del trastorno de la refracción son diversas, anatómicas o funcionales, y pueden intervenir factores hormonales, genéticos, nutricionales, enfermedades sistémicas o medicamentos. Numerosos fármacos modifican las características ópticas del ojo y pueden causar hipermetropía, miopía o una presbicia funcional.4 Las ametropías y los trastornos de la acomodación de origen farmacológico son a menudo bilaterales, de inicio repentino, y transitorios.

Los fármacos que actúan sobre el sistema nervioso autónomo actúan sobre la acomodación y el diámetro de las pupilas. Los fármacos anticolinérgicos pueden paralizar el músculo ciliar y causar una presbicia funcional. Algunos ejemplos son los antiespasmódicos (escopolamina), fármacos para la incontinencia urinaria (flavoxato, oxibutinina, solifenacina, tolterodina, trospio), los antidepresivos (sobre todo los tricíclicos), neurolépticos (sobre todo las fenotiazinas), antiparkinsonianos (amantadina, memantina), broncodilatadores (ipratropio, tiotropio), o los antihistamínicos H1, entre otros, así como los colirios ciclopléjicos utilizados para inducir midriasis en intervenciones oftalmológicas. Por otra parte, los fármacos colinérgicos, como la neostigmina o la piridostigmina, y los anticolinesterásicos (donepezil, galantamina, rivastigmina), pueden producir miopía por miosis y espasmo de la acomodación.

Hace unos años, a raíz de varios casos notificados, se tuvo conocimiento de que el topiramato, un antiepiléptico de la familia de las sulfamidas, podía causar cuadros de miopía y glaucoma.6 Estos trastornos oculares se han relacionado con una reacción inflamatoria en la capa ciliocoroidal del ojo que condiciona un cierre del ángulo de la cámara anterior y alteraciones en el índice de refracción del ojo.7,8 Como el topiramato, otros fármacos de estructura química similar, como el sulfametoxazol, la sulfasalacina, la indapamida, la acetazolamida o la hidroclorotiazida, pueden producir trastornos de la refracción por el mismo mecanismo.

Para otros fármacos, el mecanismo por el que se produce el trastorno de la refracción no es bien conocido, como en el caso de algunos antiepilépticos (carbamacepina, etosuximida o lincosamida), hidroxicloroquina y cloroquina; bromocriptina o ciclofosfamida.

En conclusión, ante la aparición repentina e inexplicable de un trastorno de la refracción o la acomodación en un paciente tratado, se debe pensar en el posible papel de un medicamento que se haya iniciado recientemente.

 

Comunicaciones de riesgos asociados al uso de medicamentos notificadas por la AEMPS

  • Canagliflozina y riesgo de amputación no traumática de miembros inferiores: nuevas recomendaciones de uso.
  • Riesgo de formación de depósitos cerebrales asociado a la administración de agentes de contraste con gadolinio.
  • Flutamida: casos graves de hepatotoxicidad asociados al uso fuera de indicación autorizada.

 

El boletín completo:

Boletín de Farmacovigilancia de Cataluña. Vol. 15, n.º 2 • marzo - abril 2017.

Disponible en: http://bit.ly/2sJdFya

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