Cascada terapéutica: prevención, identificación y adecuación del tratamiento

Cuando un efecto adverso producido por un medicamento no se identifica como tal y se trata con un segundo medicamento, se produce lo que conocemos como cascada terapéutica. A veces, el tratamiento con el segundo fármaco se hace para evitar la aparición del efecto adverso producido por el primero. BIT. Vol. 32, núm. 1, 2021

Los efectos adversos asociados al uso de medicamentos son frecuentes y suponen un riesgo de enfermedad importante para el paciente y una carga para el sistema de salud. Cuando un efecto adverso producido por un medicamento no se identifica como tal y se trata con un segundo medicamento, se produce lo que conocemos como cascada terapéutica. A veces, el tratamiento con el segundo fármaco se hace para evitar la aparición del efecto adverso producido por el primero. Los factores que se asocian a un aumento del riesgo de efectos adversos y, por tanto, de una cascada terapéutica, incluyen la polimedicación, la edad avanzada, las enfermedades crónicas o el uso de fármacos considerados de riesgo elevado; son ejemplos, los fármacos para el tratamiento de la demencia, los antihipertensivos, los opiáceos o los AINE. Al mismo tiempo, las cascadas de prescripción son un factor contributivo a la polimedicación. La identificación y la interrupción de las cascadas terapéuticas son medidas imprescindibles para mejorar la seguridad del paciente. Reconocer cualquier signo o síntoma como potencialmente secundario a un tratamiento, se considera el primer paso para la prevención de las cataratas terapéuticas. Otras medidas incluyen una buena anamnesis farmacológica y la valoración, en cada caso, de la relación beneficio-riesgo de los tratamientos.

El boletín completo elaborado por Roser Llop y Dolores Rodríguez en https://bit.ly/31zw4AZ

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