Consumo de bebidas refrescantes y depresión: la influencia de las alteraciones en la microbiota intestinal

Este estudio de cohorte concluye que el consumo de bebidas gaseosas puede contribuir al trastorno depresivo mayor a través de alteraciones en la microbiota intestinal, especialmente mediante la influencia de Eggerthella. Las estrategias de salud pública para reducir el consumo de estas bebidas podrían ayudar a mitigar el riesgo de depresión, sobre todo en poblaciones vulnerables; además, las intervenciones para la depresión que tienen como objetivo la composición del microbioma intestinal resultan prometedoras. JAMA Psychiatry, 24 de septiembre de 2025.

Resumen

Importancia: El consumo de bebidas gaseosas se relaciona con efectos negativos en la salud física y mental, pero su asociación con el trastorno depresivo mayor (TDM) y los mecanismos subyacentes aún no están claros.

Objetivo: Examinar la asociación entre el consumo de bebidas gaseosas y el diagnóstico y la gravedad del TDM, así como si esta asociación se ve mediada por cambios en la microbiota intestinal, en particular la abundancia de Eggerthella y Hungatella.

Diseño, entorno y participantes: Este estudio de cohorte multicéntrico se realizó en Alemania, utilizando datos transversales de la Cohorte Afectiva de Marburg-Münster. Se analizaron pacientes con TDM y controles sanos (de 18 a 65 años) reclutados de la población general y de atención primaria entre septiembre de 2014 y septiembre de 2018. El análisis de datos se realizó entre mayo y diciembre de 2024.

Resultados y medidas principales: Los análisis primarios incluyeron modelos de regresión multivariable y análisis de varianza (ANOVA) para examinar la asociación entre el consumo de bebidas gaseosas y el diagnóstico de TDM y la gravedad de los síntomas, controlando factores como el centro de estudio y el nivel educativo, así como la abundancia de Eggerthella y Hungatella, controlando también el centro de estudio, el nivel educativo y el tamaño de la muestra. Los análisis de mediación evaluaron si la abundancia de la microbiota mediaba la relación entre las bebidas gaseosas y el TDM.

Resultados: Se incluyeron un total de 405 pacientes con TDM (275 mujeres [67,9 %]; edad media [DT]: 36,37 [13,33] años) y 527 controles sanos (345 mujeres [65,5 %]; edad media [DT]: 35,33 [13,13] años). El consumo de bebidas gaseosas predijo el diagnóstico de trastorno depresivo mayor (razón de probabilidades [RP]: 1,081; IC 95%: 1,008-1,159; p = 0,03) y la gravedad de los síntomas (p < 0,001; η² parcial: 0,012; IC 95%: 0,004-0,035), con efectos más marcados en mujeres (diagnóstico: RP: 1,167; IC 95%: 1,054-1,292; p = 0,003; gravedad: p < 0,001; η² parcial: 0,036; IC 95%: 0,011-0,062). En mujeres, el consumo se asoció con un aumento de la población de Eggerthella (p = 0,007; η² parcial: 0,017; IC 95%: 0,0002-0,068), pero no con la de Hungatella. Los análisis de mediación confirmaron que Eggerthella mediaba significativamente la asociación entre las bebidas gaseosas y el trastorno depresivo mayor (diagnóstico: p = 0,011; gravedad: p = 0,005), explicando el 3,82% y el 5,00% del efecto, respectivamente.

Conclusiones y relevancia: Este estudio de cohorte concluye que el consumo de bebidas gaseosas puede contribuir al trastorno depresivo mayor a través de alteraciones en la microbiota intestinal, especialmente mediante la influencia de Eggerthella. Las estrategias de salud pública para reducir el consumo de estas bebidas podrían ayudar a mitigar el riesgo de depresión, sobre todo en poblaciones vulnerables; además, las intervenciones para la depresión que tienen como objetivo la composición del microbioma intestinal resultan prometedoras.

El artículo original:

Edwin Thanarajah S, Ribeiro AH, Lee J, et al. Soft Drink Consumption and Depression Mediated by Gut Microbiome Alterations. JAMA Psychiatry. Published online September 24, 2025. doi:10.1001/jamapsychiatry.2025.2579

Disponible en: https://n9.cl/fhm7e

Compartir