Crisis económica y su impacto en la salud mental: un estudio del Observatorio de Psicología Social Aplicada de la UBA

Aunque la encuesta se realizó a mediados de 2022, en un entorno menos crítico que el actual, sus resultados permiten asomarse a la influencia del entorno socioeconómico en la percepción de salud de las personas, un componente esencial que atraviesa por igual a los pacientes y a los integrantes del equipo de salud.

El impacto de las crisis socioeconómicas en la salud mental autopercibida ha sido reflejado en investigaciones de diferentes países, enfrentados a eventos de amplia repercusión social. En la literatura más reciente sobre esta relación se destacan las consecuencias de la pandemia de COVID-19 y de las medidas de aislamiento aplicadas, que fueron objeto de muchos estudios.

Pero las urgencias actuales de la Argentina ponen nuevamente en primer plano la situación de crisis económica, y en este contexto es de interés el estudio  "Crisis económica y su impacto en la salud mental" publicado por el  Observatorio de Psicología Social Aplicada de la Facultad de Psicología de la UBA. Se trata de una encuesta realizada a mediados de 2022, en un entorno menos crítico que el actual, pero cuyos resultados permiten asomarse a la influencia del entorno socioeconómico en la percepción de salud de las personas.

Se trata de una encuesta online, realizada a 1713 personas mayores de 18 años de CABA, provincia de Buenos Aires y provincia de Córdoba. Utilizando preguntas tanto abiertas como estructuradas se indagó, entre otros tópicos, sobre la crisis económica del país, cómo afecta la situación personal, el estado de ánimo actual y la salud mental autopercibida.

El detalle de los resultados puede consultarse en: https://www.psi.uba.ar/opsa/informes/Crisis Economica y Salud Mental (1).pdf

Los autores sintetizan el informe de este modo:

"Las sucesivas y cíclicas crisis económicas que nos vienen acompañando desde hace por lo menos 20 años, contribuyendo cada una de ellas a situarnos en un escalon inferior en calidad de vida, han tenido un impacto corrosivo en nuestra salud mental, tanto emocional como cognitiva. El eslabonamiento de crisis tras crisis finalmente nos ha ubicado en un espacio de desilusion y profundo escepticismo.

Hoy, los argentinos estamos muy desorientados (dominados por la incertidumbre), angustiados, ansiosos, impotentes, temerosos, paralizados por un presente tan cambiante que nos empuja a la vera del camino de nuestras vidas. Estamos encerrados en una encrucijada patologica: el presente es un terremoto y el futuro absolutamente incierto.

Lo que agrava esta situación y le da una dimension inédita, singular ("muy argentina") es que cada crisis constituye el retorno de "viejos problemas", que por su constante repetición se perciben como irresolubles para la mayoría de los argentinos. Parecería que el país tuviera una "neurosis de destino" y que no podemos o sabemos salir del laberinto. Como hace unos días reflexionó, Santiago Kovadloff, "una naci6n evoluciona cuando la calidad de sus problemas se modifican. Nosotros tenemos problemas reiterados porque estamos empantanados en un tiempo sin  futuro".

Esta sensación de inevitabilidad del destino es profundamente iatrogénica para la constitucion de la subjetividad y muy negativa para la regulación de las emociones. Es lo que Seligman llamo INDEFENSION APRENDIDA: la persona siente y está convencida de que haga lo que haga no va a servir para nada y no va a poder cambiar los resultados de los acontecimientos finales. En perspectiva sociológica, esto genera una sostenida caída de la motivación colectiva.

Lo que en otra oportunidad hemos conceptualizado como "ceguera del futuro", promueve decisiones y comportamientos erráticos que realizamos en un contexto socioeconómico de máxima incertidumbre. En las dimensiones del empleo, los ingresos y la evolución patrimonial han desaparecido las respuestas razonablemente probables, hemos perdido la mínima certeza de hacia dónde orientar nuestras vidas. Como consecuencia de las crisis permanentes, muchos jóvenes se han convencido de que la salida de esta situación no será en su tierra. La gran mayoría de ellos piensa en buscar su destino en otras latitudes.

El impacto de la crisis tambien se observa en la creencia de que los ingresos personales y familiares se reducirán significativamente en el corto plazo. En cuanto a lo que hemos denominado "estrés de recursos económicos"; es decir, cuanto tiempo puede sostener una persona o una familia su economía hasta llegar al agotamiento, los resultados recogidos también se muestran preocupantes y constituyen una senal de alerta para quienes estan gestionando la crisis. El cruce del "estrés de recursos economicos" con clase social, refleja la gran brecha en la estratificación social de la Argentina. Los segmentos más vulnerables de la población (estratos muy bajos y bajos), señalan que sus recursos económicos se agotarán en menos de 4 meses. Si bien es cierto que las crisis económicas impactan de forma diversa y heterogénea en cada estrato social, creemos que la actual crisis y sus efectos psicológicos atraviesan a toda la sociedad.

En síntesis, la actual situación socioeconómica y política es tan intesamente negativa que configura un panorama de severa gravedad para la salud mental de la población. El estrés generado por las dos ultimas crisis, sanitaria y económica, es profundo, grave e inocultable. Y para tener muy en cuenta: la gente hace responsable a los políticos por no haber sabido resolverlas o mitigarlas."

El informe original:

Observatorio de Psicología Social Aplicada, Facultad de Psicología, UBA. Crisis económica y su impacto en la salud mental. [Internet, julio 2022]. Disponible en: https://www.psi.uba.ar/opsa/informes/Crisis Economica y Salud Mental (1).pdf. Consultado el 8 de enero de 2024.

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