Diez años de anticoagulantes orales directos: lecciones aprendidas y desafíos futuros

En el campo de la medicina, se producen cambios revolucionarios cuando la evidencia convincente sobre tratamientos, procedimientos de diagnóstico o teorías novedosos rompe con una larga tradición adoptada como un mantra inquebrantable. En el ámbito de los tratamientos antitrombóticos, los anticoagulantes orales directos (ACOD) representaron una revolución copernicana en la última década, alterando el dominio de 50 años de la warfarina. De hecho, es poco probable que la warfarina, con sus numerosas interacciones farmacológicas y alimentarias y la necesidad obligatoria de un control de laboratorio regular, pase ni siquiera la fase 1 del extenso proceso actual de desarrollo clínico de fármacos. Sin embargo, representa una institución en el tratamiento de la fibrilación auricular (FA). En los últimos 10 años, los ACOD han desempeñado una triple tarea: (i) proporcionar una alternativa viable y, más tarde, una opción preferida a la warfarina, (ii) desafiar el tabú mental de exigir pruebas de laboratorio periódicas para garantizar la eficacia constante de la anticoagulación, y ( iii) superar las limitaciones prescriptivas establecidas por las autoridades reguladoras. El ensayo RE-LY sobre dabigatrán en 2009 inició una nueva era en la prevención del accidente cerebrovascular en pacientes con FA. A principios de la década de 2010, debido a otros grandes ensayos aleatorios positivos de rivaroxaban, apixaban y edoxaban, las directrices europeas estipularon considerar los ACOD (2012) y luego preferirlos (2016) a los antagonistas de la vitamina K (AVK) en la profilaxis tromboembólica de pacientes con FA ( Figura ). 

El artículo original

K E Juhani Airaksinen, Francesco De Sensi, Ten years of direct oral anticoagulants: lessons learned and challenges ahead, European Heart Journal, 2024;, ehae061, DOI: 10.1093/eurheartj/ehae061

Disponible en:  https://n9.cl/p3zxp