Estilo mediterráneo: más allá de la dieta

Un estudio entre habitantes ancianos de las islas griegas muestra que las características saludables del modo de vida mediterráneo no se limitan a la alimentación: la socialización con amigos reduce el riesgo cardiovascular.

Cardiovascular Diagnosis & Therapy, abril de 2017

Resumen

Antecedentes: la adherencia a un patrón de dieta mediterránea es un factor protector bien establecido contra las enfermedades cardiovasculares (ECV). Sin embargo, la calidad de la dieta es sólo un aspecto del estilo de vida saludable general adoptado por las poblaciones del Mediterráneo. Este último nunca ha sido evaluado como un estilo de vida compuesto multifactorial. Por lo tanto, el objetivo del presente estudio fue proporcionar un cuadro más amplio del estilo de vida mediterráneo y sus efectos sobre el riesgo de ECV entre los ancianos.

Métodos: durante 2005-2015, 2.749 personas mayores (de 65 a 100 años de edad) de 21 islas mediterráneas griegas (MEDIS) y de la región rural de Mani (en el Peloponeso) se inscribieron voluntariamente en el estudio. Los hábitos alimentarios, el estado de actividad física, las características sociodemográficas, los parámetros de estilo de vida (sueño, hábitos de fumar, vida social y nivel educativo) y los aspectos del perfil clínico se obtuvieron a través de procedimientos estándar.

Resultados: la prevalencia general de los factores de riesgo tradicionales de ECV fue de 62,3% para hipertensión, 22,3% para diabetes mellitus tipo 2 y 47,7% para hipercolesterolemia. La presencia de diabetes mellitus fue predicha positivamente por la escala de depresión geriátrica (GDS) [odds ratio (OR) = 1,13, IC 95%: 1,02-1,25] y por un ambiente residencial urbano (OR = 2,57, IC95%: 1,10-6,06) después de ajustar para varios factores de confusión. La prevalencia de hipertensión se asoció con el aumento de la edad (OR = 1,07, IC95%: 1,02-1,12), el aumento del índice de masa corporal (IMC = 1,12, IC95%: 1,04-1,21) y el hábito de dormir la siesta = 2,07; IC95%: 1,07-4,02), mientras que tuvo una relación inversa con la frecuencia de socialización con los amigos (OR = 0,767, IC95%: 0,616-0,955). La puntuación estimada en el GDS fue el único predictor positivo independiente para la presencia de hipercolesterolemia (OR = 1,10; IC del 95%: 1,01-1,21).

Conclusiones: los componentes del estilo de vida tales como la intensidad de la vida social, el dormir la siesta y el ambiente urbano de residencia están fuertemente asociados con la presencia de factores de riesgo de ECV en ancianos; los mismos deben ser parte de estrategias más amplias para prevenir las enfermedades cardiovasculares.

El artículo original:

Georgousopoulou EN, Mellor DD, Naumovski N, et al. Mediterranean lifestyle and cardiovascular disease prevention. Cardiovascular Diagnosis and Therapy. 2017;7(Suppl 1):S39-S47. doi:10.21037/cdt.2017.03.11.

Disponible en: http://bit.ly/2uztex6