Factores que influyen en la participación en la actividad física de las personas con trastorno bipolar: una síntesis de la evidencia cualitativa
Existen muy pocas investigaciones centradas en los factores que influyen en la participación en actividades físicas en el trastorno bipolar. Los estudios identificados indican que los hombres y las mujeres con trastorno bipolar se enfrentan a una serie de obstáculos y retos para mantenerse activos. La evidencia también indica que hay formas eficaces de promover la actividad física dirigida. Los estudios de investigación pusieron de relieve el importante papel que pueden desempeñar los entornos sanitarios y asistenciales, así como los profesionales, a la hora de evaluar las necesidades de salud física de las personas y el modo de promover estilos de vida saludables. Sobre la base de estos hallazgos, se ha proporcionado un resumen de los elementos clave a considerar para el desarrollo de intervenciones de actividad física para el trastorno bipolar. Cochrane Database of Systematic Reviews, 4 de junio de 2024
Antecedentes
Los problemas de salud mental contribuyen significativamente a la carga global de morbilidad en todo el mundo y son causas importantes de discapacidad, suicidio y cardiopatía isquémica. Las personas con trastorno bipolar presentan niveles de actividad física inferiores a los de la población general, y corren un mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas como las cardiovasculares y la obesidad. Todo ello contribuye a unos desenlaces de salud deficientes. La actividad física tiene el potencial de mejorar la calidad de vida y el bienestar físico y mental.
Objetivos
Identificar los factores que influyen en la participación en la actividad física de las personas diagnosticadas con trastorno bipolar desde las perspectivas de los usuarios de los servicios, los cuidadores, los proveedores de servicios y los médicos para orientar en el diseño y la implementación de intervenciones que promuevan la actividad física.
Métodos de búsqueda
Se realizaron búsquedas en MEDLINE, PsycINFO y otras ocho bases de datos hasta marzo de 2021. También se estableció contacto con expertos en la materia, se buscó en la literatura gris y se realizaron comprobaciones de referencias y búsquedas de citas para identificar estudios adicionales. No se aplicaron restricciones de idioma.
Criterios de selección
Se incluyeron estudios cualitativos y de métodos mixtos con un componente cualitativo identificable. Se incluyeron estudios que se centraron en las experiencias y actitudes de los usuarios de los servicios, los cuidadores, los proveedores de servicios y los profesionales sanitarios vinculadas a la actividad física para el trastorno bipolar.
Obtención y análisis de los datos
Los datos se extrajeron mediante un formulario de extracción de datos diseñado para esta revisión. Las limitaciones metodológicas se evaluaron mediante una lista de criterios predeterminados. Para analizar y presentar la evidencia se utilizó el marco "mejor ajustado" para la síntesis, sobre la base de una versión revisada del Modelo de Creencias sobre la Salud (Health Belief Model). Las limitaciones metodológicas se evaluaron mediante la lista de comprobación cualitativa CASP. Para evaluar la confianza en cada resultado se utilizó la guía GRADE‐CERQual (Confidence in the Evidence from Reviews of Qualitative research). Se examinó cada resultado para identificar factores que orienten la práctica de los profesionales sanitarios y asistenciales, así como el diseño y desarrollo de intervenciones de actividad física para las personas con trastorno bipolar.
Resultados principales
Se incluyeron 12 estudios con un total de 592 participantes (422 participantes que aportaron datos cualitativos a una encuesta en línea, 170 participantes en estudios de investigación cualitativa). La mayoría de los estudios exploraron las opiniones y experiencias sobre la actividad física de las personas con trastorno bipolar. Varios estudios también informaron sobre las experiencias personales de los componentes de actividad física de las intervenciones sobre el estilo de vida. Un estudio incluyó opiniones de cuidadores familiares y médicos. La mayoría de los estudios procedían de países de ingresos altos, y solo uno se realizó en un país de ingresos medios. La mayoría de los participantes se describían como estables y llevaban varios años viviendo con un diagnóstico de trastorno bipolar.
La confianza en varios de los resultados se redujo de confianza alta a confianza moderada o baja, ya que algunos se basaron solo en pequeñas cantidades de datos y en estudios de solo unos pocos países, lo que cuestiona la relevancia de estos resultados en otros contextos. También se contó con muy pocas perspectivas de familiares, otros cuidadores o profesionales sanitarios que apoyen a las personas con trastorno bipolar. Los estudios no incluyeron resultados de los proveedores de servicios sobre sus perspectivas de respaldo a este aspecto de la atención.
Hubo una serie de factores que limitaron la capacidad de las personas de realizar actividad física. Se mencionó la vergüenza y el estigma acerca del aspecto físico y el diagnóstico de salud mental. Algunas personas consideraron que habían perdido sus habilidades y capacidades deportivas al dejar la escuela. Los que habían sido capaces de mantener el ejercicio durante la transición a la edad adulta parecían ser más propensos a incluir la actividad física en su rutina habitual. Los límites de salud física y las afecciones comórbidas limitaban la actividad. Esto incluía la medicación para el trastorno bipolar, el sobrepeso, el tabaquismo, el consumo de alcohol, la mala alimentación y el sueño, y estas barreras estaban vinculadas a habilidades negativas de afrontamiento. Los problemas prácticos incluían la disponibilidad, la accesibilidad, las conexiones de transporte y el clima. Se valoraron positivamente los planes de salud o laborales que ofrecían descuentos. La falta de oportunidades para hacer ejercicio en los centros hospitalarios de salud mental fue un problema.
Entre los factores facilitadores se encontraban la estabilidad psicológica y la disposición a adoptar nuevos hábitos de vida. Las actividades al aire libre y la conexión con la naturaleza aportaron beneficios positivos. Lograr el equilibrio, el ritmo y la rutina ayudó a controlar el estado de ánimo. Incorporar la actividad física a la rutina habitual a pesar de las fluctuaciones del estado de ánimo o la motivación parece ser beneficioso si se practica a la intensidad y el ritmo adecuados. Hacer demasiado ejercicio o demasiado poco puede ser contraproducente y acelerar los estados depresivos o maníacos. La actividad física también ayudó a estructurar las rutinas diarias de las personas y podría conllevar otros beneficios positivos en el estilo de vida. La monitorización de las actividades físicas o de otro tipo podría ser una forma eficaz de identificar posibles factores desencadenantes o señales de alerta temprana. La tecnología fue útil para algunos. Las personas que habían investigado sobre el trastorno bipolar y habían adquirido un mejor conocimiento de la enfermedad mostraron una mayor confianza a la hora de gestionar sus cuidados o de prestarlos a otras personas. El apoyo social de amigos/familiares o profesionales sanitarios fue un factor facilitador, al igual que encontrar el tipo de ejercicio adecuado, que para muchos fue caminar.
Otros beneficios fueron la creación de vínculos sociales, la pérdida de peso, la mejoría de la calidad de vida y una mejor regulación del estado de ánimo. Pocas personas habían sido informadas de los beneficios de la actividad física. Una mejor educación y formación de los profesionales sanitarios podría favorecer un enfoque más holístico del bienestar físico y mental. La participación de profesionales de la salud mental en la prestación multidisciplinar de intervenciones de actividad física podría ser beneficiosa y mejorar la atención. Unas guías claras podrían ayudar a las personas a iniciar e incorporar cambios en su estilo de vida.
Conclusiones de los autores
Existen muy pocas investigaciones centradas en los factores que influyen en la participación en actividades físicas en el trastorno bipolar. Los estudios identificados indican que los hombres y las mujeres con trastorno bipolar se enfrentan a una serie de obstáculos y retos para mantenerse activos. La evidencia también indica que hay formas eficaces de promover la actividad física dirigida. Los estudios de investigación pusieron de relieve el importante papel que pueden desempeñar los entornos sanitarios y asistenciales, así como los profesionales, a la hora de evaluar las necesidades de salud física de las personas y el modo de promover estilos de vida saludables. Sobre la base de estos hallazgos, se ha proporcionado un resumen de los elementos clave a considerar para el desarrollo de intervenciones de actividad física para el trastorno bipolar.
La revisión sistemática
McCartan CJ, Yap J, Best P, Breedvelt J, Breslin G, Firth J, Tully MA, Webb P, White C, Gilbody S, Churchill R, Davidson G. Factors that influence participation in physical activity for people with bipolar disorder: a synthesis of qualitative evidence. Cochrane Database of Systematic Reviews 2024, Issue 6. Art. No.: CD013557. DOI: 10.1002/14651858.CD013557.pub2.
Disponible en: https://n9.cl/dyaec