Boletín de Farmacovigilancia de Cataluña Vol. 17, n.º 2 • marzo - abril 2019
La fotosensibilización cutánea es una reacción cutánea patológica a la luz, generalmente a la radiación ultravioleta (UV), que se manifiesta como una quemadura solar o como una erupción producida después de la exposición a la luz. La radiación UV es responsable del fotoenvejecimiento, las quemaduras solares, la carcinogénesis y las fotodermatosis. La fotosensibilidad causada por medicamentos se produce cuando un fármaco es capaz de absorber la radiación del sol (generalmente ultravioleta A, UVA), dando lugar a reacciones químicas. Se puede manifestar como una reacción fototóxica o, más raramente, fotoalérgica. 1 La manifestación clínica puede variar considerablemente, tanto en la presentación como en la gravedad, desde una quemadura solar leve hasta un cuadro grave con grandes ampollas. 2 Se han creado estrategias de detección y guías para predecir si un fármaco es fotorreactivo durante su desarrollo. No obstante, no permiten garantizar que los nuevos medicamentos no causen fotosensibilidad.
Las reacciones fototóxicas y fotoalérgicas se pueden detectar con pruebas de fotoparche. Para su manejo, se recomienda la fotoprotección, la identificación del fármaco fotosensibilizante y, si es posible, su retirada, aunque en algunos casos el fármaco implicado es indispensable
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Conclusión
Varios fármacos pueden absorber la luz ultravioleta y generar una reacción fototóxica, o bien, después de una sensibilización previa, una reacción fotoalérgica. Los fármacos implicados más a menudo son los AINE, las fluoroquinolonas, las tetraciclinas, la hidroclorotiazida y el vemurafenib. Sin embargo, la lista de posibles medicamentos asociados es mucho más larga, de manera que es necesario considerarlos en el diagnóstico diferencial de cualquier lesión cutánea en zonas expuestas al sol.
Dado que los fármacos administrados por vía sistémica así como por vía tópica pueden provocar reacciones de fotosensibilidad, es importante tener en cuenta el riesgo potencial de aparición de estas reacciones, especialmente en personas expuestas crónicamente a la radiación ultravioleta.
En los pacientes tratados a largo plazo con fármacos potencialmente fotosensibles, es necesario tener presente la posibilidad de estos efectos adversos cutáneos, y se les debe aconsejar que eviten la exposición directa a la luz solar y utilicen una fotoprotección adecuada. Si los pacientes se protegen adecuadamente del sol, no suele ser preciso suspender los tratamientos fotosensibles.
Se deben notificar las sospechas de estos tipos de reacciones adversas al Centro de Farmacovigilancia de Cataluña para conocer mejor la epidemiología y los fármacos implicados.