Gasto de bolsillo: cifras confiables para el monitoreo de la Salud Universal

Medir y analizar el gasto de bolsillo, por tanto, permite identificar la falta o la necesidad de adoptar intervenciones de política específicas para proteger a los hogares del riesgo financiero por tener que utilizar servicios de salud. Los sistemas de cobertura amplia, como los de gobierno, contribuyen a reducir el riesgo financiero de los hogares. OPS, 2023

Los gastos de bolsillo (GDB) son una de las categorías más importantes del gasto en salud, porque reflejan la carga de los hogares con mayor riesgo financiero. Al mismo tiempo, es una de las categorías más difíciles de medir por la insuficiente cobertura y estandarización de los registros existentes en los diferentes países. El GDB es, en la práctica, una fuente de recursos; aunque es la menos deseada por su efecto negativo en el acceso a los servicios de salud y la equidad, así como también por motivos de eficiencia en el gasto en salud. Su monto y contenido reflejan, sobre todo, la ausencia de cobertura de aseguramiento o protección financiera con respecto a un conjunto de bienes y servicios de salud para determinados grupos de la población. Medir y analizar el GDB, por tanto, permite identificar la falta o la necesidad de adoptar intervenciones de política específicas para proteger a los hogares del riesgo financiero por tener que utilizar servicios de salud. Los sistemas de cobertura amplia, como los de gobierno, contribuyen a reducir el riesgo financiero de los hogares. Los sistemas de prepago también protegen a los hogares que consumen los servicios de salud del riesgo financiero y facilitan la planificación del sistema de atención. El reto es entender el objetivo de la medición, extraer el máximo beneficio de los datos existentes, y progresivamente mejorar el reporte del GDB. En este documento se busca contribuir con un paso más en esta dirección.

Las políticas de los distintos países han propiciado modalidades de planes de financiamiento que progresivamente cubren de forma más satisfactoria las necesidades de salud de su población. Así, los esquemas de financiamiento de gobierno y de seguridad social se han extendido y especializado, a la vez que nuevos esquemas han aparecido, tanto de tipo público (como los seguros de accidentes de auto) como privado (el seguro y prepago médico voluntario; los esquemas de empresas que cubren, por ejemplo, la salud ocupacional, y los gastos de las instituciones sin fines de lucro (ISFL) que apoyan grupos con necesidades específicas de salud). En algunos casos, los esquemas prevén que los hogares contribuyan con pagos de bolsillo. Existe además un flujo de gasto directo de hogares que cubre las nuevas opciones de atención privada, o que ha permanecido sin ser sustituido por otra opción de pago. Entender la situación, las características y el contenido del gasto de bolsillo (GDB) de cada país permitirá asegurar que el riesgo financiero desaparezca al ofrecer opciones alternativas de financiamiento de la atención de la salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que para poder alcanzar la salud universal (1), los gastos de bolsillo no deben exceder 20% del gasto corriente en salud (CHE, por sus siglas en inglés). En América Latina y el Caribe el promedio medido en 2020, el último año reportado en la base de datos de gasto en salud de la OMS (GHED, por sus siglas en inglés), fue de 30% (oscilando entre 9 y 56% del CHE). Ello sugiere el doble esfuerzo de medición y de implantar políticas que permitan reemplazar los gastos de bolsillo por el financiamiento con fuentes públicas.

El documento

Gasto de bolsillo: cifras confiables para el monitoreo de la Salud Universal. OPS/HSS/HS/23-0009. © Organización Panamericana de la Salud, 2023

Disponible en:  https://n9.cl/b56sz

Compartir