¿Hay realmente una pandemia de déficit de vitamina D?

Los autores de la recomendación oficial norteamericana sobre vitamina D explican que una interpretación equivocada de su significado ha llevado a sobrestimar la prevalencia del problema. New England Journal of Medicine, 10 de noviembre de 2016

Los autores de la recomendación oficial norteamericana sobre vitamina D explican que una interpretación equivocada de su significado ha llevado a sobrestimar la prevalencia del problema.

New England Journal of Medicine, 10 de noviembre de 2016

En los últimos años, numerosos artículos de investigación clínica han concluido que grandes proporciones de población norteamericana y mundial son "deficientes" en vitamina D. La mayoría de las pruebas citadas se enfocan en una de dos observaciones: 1) que muchas personas tienen concentraciones séricas de vitamina D (es decir, 25-hidroxivitamina D [25 (OH) D]) por debajo de 20 ng por mililitro (50 nmol por litro), que el Instituto de Medicina (Institute of Medicine - IOM) estimó en 2011 como el nivel apropiado; o 2) que la suplementación con 600 a 800 UI por día – el aporte dietético recomendado (RDA) por el IOM para adultos - o más no logra alcanzar concentraciones séricas superiores a 20 ng por mililitro en algunos participantes del estudio.

Debido a que tales malentendidos pueden tener implicaciones adversas para el cuidado de los pacientes, incluyendo el tamizaje y la suplementación innecesarios de vitamina D, así como una escalada de los costos de atención de la salud debido a excesos de diagnóstico y de tratamiento, es importante aclarar el significado de los valores de referencia del IOM para la vitamina D, ya que se relacionan tanto con la salud de la población como con la práctica clínica.

Para entender el concepto de "deficiencia" o "insuficiencia" de nutrientes, es necesario saber cómo se definen los valores de referencia de los nutrientes del IOM y qué reflejan. El IOM desarrolla estos valores de referencia, denominados Ingesta Dietética de Referencia (IDR), para una serie de nutrientes. Lo central del concepto de IDR es la realidad biológica de que la necesidad de cualquier nutriente varía de persona a persona, generalmente en una distribución normal a través de la población. Estos valores de referencia incluyen un requerimiento medio estimado (RME) para el nutriente, que es la mediana de la distribución de los requerimientos humanos. El RME refleja el requisito más probable para la población, mientras que un segundo valor de referencia de IDR, el RDA, refleja el requerimiento estimado para las personas en el extremo más alto de la distribución. Prácticamente todo el mundo en la población (al menos 97,5%, o dentro de 2 SD de la mediana) tendrá un requerimiento por debajo de la RDA.

Una idea errónea común es que la RDA funciona como un "punto de corte" y que casi toda la población debe tener un nivel sérico de 25 (OH) D por encima de 20 ng por mililitro para lograr una buena salud ósea. La realidad es que la mayoría (aproximadamente 97,5%) de la población tiene un requisito de 20 ng por mililitro o menos. Además, por definición de requisito promedio, aproximadamente la mitad de la población tiene un requisito de 16 ng por mililitro (RME) o menos.

La aplicación del método correcto a los datos de la Encuesta Nacional de Exámenes de Salud y Nutrición (NHANES) de 2007 a 2010 revela que el 13% de los estadounidenses de 1 a 70 años están "en riesgo" de insuficiencia de vitamina D. Menos del 6% son deficientes en vitamina D [niveles séricos de 25 (OH) D <12,5 ng por mililitro4]. La utilidad de la medición de las concentraciones de hormona paratiroidea (PTH) para identificar el nivel óptimo de vitamina D sigue siendo controvertida; la relación entre el valor sérico de 25(OH)D y la PTH es inconsistente y no se ha establecido un umbral claro que defina la "suficiencia". La vitamina D es un nutriente preocupante, pero estos niveles de deficiencia no constituyen una pandemia.

 

El artículo original:

Manson JE, Brannon PM, Rosen CJ, Taylor CL. Vitamin D Deficiency — Is There Really a Pandemic? New England Journal of Medicine. 10 de noviembre de 2016;375(19):1817-20.

Disponible en: http://bit.ly/2g773IC

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