Inhibidores de la bomba de protones: evite el uso a largo plazo

Prescrire, 1 de octubre de 2018 Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol, se utilizan en la esofagitis, los síntomas relacionados con el reflujo gastroesofágico y las úlceras pépticas. Tienen pocos efectos secundarios graves en el corto plazo. Pero este no es el caso a largo plazo: infecciones, fracturas, hiponatremia, etc. Pero la suspensión de un inhibidor de la bomba de protones se ve dificultado por un rebote de acidez, que a menudo conduce a una mayor ingesta de estos medicamentos.

Prescrire, 1 de octubre de 2018


Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol, tienen efectos secundarios graves con exposiciones prolongadaspor lo cual es aconsejable evitan su uso a largo plazo.
Los inhibidores de la bomba de protones (IBP), como el omeprazol, se utilizan en la esofagitis, los síntomas relacionados con el reflujo gastroesofágico y las úlceras pépticas. Tienen pocos efectos secundarios graves en el corto plazo.

Pero este no es el caso a largo plazo: infecciones, fracturas, hiponatremia, etc. Pero la suspensión de un inhibidor de la bomba de protones se ve dificultado por un rebote de acidez, que a menudo conduce a una mayor ingesta de estos

Un seguimiento de aproximadamente 350,000 pacientes en los Estados Unidos de América durante 5.7 años mostró un aumento del 25% en la mortalidad en pacientes con inhibidores de la bomba de protones en comparación con pacientes con antihistamínicos H2, otro grupo de fármacoss utilizados en las mismas situaciones. El riesgo fue aún mayor a medida que el tratamiento duró más de un mes.

Este tipo de estudio no elimina todos los sesgos metodológicos y no demuestra una relación de causa y efecto, pero se llevó a cabo con gran cuidado y otros estudios brindaron resultados similares.

Esto pone en duda el equilibrio beneficio-riesgo del mantenimiento crónico o los tratamientos preventivos con un inhibidor de la bomba de protones, por ejemplo, en combinación con un medicamento antiinflamatorio no esteroideo (AINE), especialmente cuando el riesgo de daño digestivo es bajo.

Esto fomenta un manejo cuidadoso de la interrupción de la terapia con inhibidores de la bomba de protones, por ejemplo, explicando al paciente la importancia de cambiar a otro tratamiento en caso de un fenómeno de abstinencia. Esto también alienta a no recetar o aconsejar demasiado rápidamente uno de estos medicamentos, y saber usar otros antiácidos.

el artículo

"Inhibiteurs de la pompe à protons : augmentation de la mortalité" Rev Prescrire 2018 ; 38 (420) : 749-751. (pdf, réservé aux abonnés)

en http://bit.ly/2xY2Du6

 

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