Intervenciones para prevenir la obesidad en niños de 12 a 18 años
La evidencia muestra que las intervenciones alimentarias podrían tener poco o ningún efecto sobre la obesidad en los adolescentes. Existe evidencia de certeza baja de que las intervenciones de actividad podrían tener un pequeño efecto beneficioso sobre el IMC en el seguimiento a medio y largo plazo. Las intervenciones de alimentación y actividad podrían dar lugar a una diferencia mínima o nula. Es importante destacar que esta revisión actualizada también indica que las intervenciones para prevenir la obesidad en este grupo etario podrían producir una diferencia escasa o nula en los efectos adversos graves. Las limitaciones de la evidencia incluyen resultados inconsistentes entre los estudios, falta de rigor metodológico en algunos estudios y tamaños muestrales pequeños. Cochrane Database of Systematic Reviews, 20 de mayo de 2024
Antecedentes
La prevención de la obesidad en los adolescentes es una prioridad internacional de salud pública. La prevalencia del sobrepeso y la obesidad supera el 25% en América del Norte y del Sur, Australia, la mayor parte de Europa y la región del Golfo. Las intervenciones destinadas a prevenir la obesidad implican estrategias que promueven una alimentación sana o niveles de "actividad" (actividad física, conducta sedentaria y sueño) o ambos, y actúan reduciendo la ingesta de calorías y aumentando el gasto energético, respectivamente. Existe incertidumbre con respecto a qué estrategias son más eficaces y se han publicado numerosos estudios en los últimos cinco años, desde la anterior versión de esta revisión Cochrane.
Objetivos
Evaluar los efectos de las intervenciones destinadas a prevenir la obesidad en adolescentes mediante la modificación de la ingesta alimentaria o los niveles de "actividad", o una combinación de ambos, sobre los cambios en el índice de masa corporal (IMC), la puntuación z del IMC y los eventos adversos graves.
Métodos de búsqueda
Se utilizaron los métodos exhaustivos estándar de búsqueda de Cochrane. La última fecha de búsqueda fue febrero de 2023.
Criterios de selección
Ensayos controlados aleatorizados en adolescentes (media de edad igual o superior a 12 años pero inferior a 19 años), que compararan intervenciones alimentarias o de "actividad" (o ambas) para prevenir la obesidad con ninguna intervención, la atención habitual o con otra intervención elegible, en cualquier contexto. Los estudios debían medir los desenlaces como pronto a las 12 semanas desde el inicio. Se excluyeron las intervenciones diseñadas principalmente para mejorar el rendimiento deportivo.
Obtención y análisis de los datos
Se utilizaron los métodos estándar de Cochrane. Los desenlaces de la revisión fueron el IMC, la puntuación z del IMC (zIMC) y los eventos adversos graves, evaluados a corto (12 semanas hasta < 9 meses desde el inicio), medio (9 meses a < 15meses) y largo (≥ 15 meses) plazo. Se utilizó el sistema GRADE para evaluar la certeza de la evidencia de cada desenlace.
Resultados principales
Esta revisión incluye 74 estudios (83 407 participantes), de los cuales 54 estudios (46 358 participantes) se incluyeron en los metanálisis. Sesenta estudios se realizaron en países de ingresos altos. El ámbito principal de la intervención fue la escuela (57 estudios), seguida del domicilio (nueve estudios), la comunidad (cinco estudios) y un ámbito de atención primaria (tres estudios). El tiempo de aplicación de 51 intervenciones fue menos de nueve meses, la más breve se llevó a cabo en el transcurso de una consulta y la más larga durante 28 meses. En 62 estudios se declaró una financiación no comercial; 5 estudios fueron financiados parcialmente por la industria.
Intervenciones alimentarias versus control
La evidencia es muy incierta con respecto a los efectos de las intervenciones alimentarias sobre el índice de masa corporal (IMC) en el seguimiento a corto plazo (diferencia de medias [DM] ‐0,18; intervalo de confianza [IC] del 95%: ‐0,41 a 0,06; tres estudios, 605 participantes), en el seguimiento a medio plazo (DM ‐0,65; IC del 95%: ‐1,18 a 0,11; tres estudios, 900 participantes) y en el IMC estandarizado (zIMC) en el seguimiento a largo plazo (DM ‐0,14; IC del 95%: ‐0,38 a 0,10; dos estudios, 1089 participantes), todos con evidencia de certeza baja. En comparación con el control, las intervenciones alimentarias podrían tener poco o ningún efecto sobre el IMC en el seguimiento a largo plazo (DM ‐0,30; IC del 95%: ‐1,67 a 1,07; un estudio, 44 participantes); la zIMC en el seguimiento a corto plazo (DM ‐0,06; IC del 95%: ‐0,12 a 0,01; cinco estudios, 3154 participantes); y la zIMC en el seguimiento a medio plazo (DM 0,02; IC del 95%: ‐0,17 a 0,21; un estudio, 112 participantes); toda la evidencia de certeza baja.
Las intervenciones alimentarias podrían tener poco o ningún efecto sobre los eventos adversos graves (dos estudios, 377 participantes; evidencia de certeza baja).
Intervenciones de actividad versus control
En comparación con el control, las intervenciones de actividad no reducen el IMC en el seguimiento a corto plazo (DM ‐0,64; IC del 95%: ‐1,86 a 0,58; seis estudios, 1780 participantes; evidencia de certeza baja) y probablemente no reducen la zIMC en el seguimiento a medio plazo (DM 0; IC del 95%: ‐0,04 a 0,05; seis estudios, 5335 participantes) ni a largo plazo (DM ‐0,05; IC del 95%:‐0,12 a 0,02; un estudio, 985 participantes), ambos con evidencia de certeza moderada. Las intervenciones de actividad no reducen la zIMC en el seguimiento a corto plazo (DM 0,02; IC del 95%: ‐0,01 a 0,05; siete estudios, 4718 participantes; evidencia de certeza alta), pero podrían reducir ligeramente el IMC en el seguimiento a medio plazo (DM ‐0,32; IC del 95%: ‐0,53 a ‐0,11; tres estudios, 2143 participantes) y a largo plazo (DM ‐0,28; IC del 95%:‐0,51 a 0,05; un estudio, 985 participantes), ambos con evidencia de certeza baja.
Siete estudios (5428 participantes; evidencia de certeza baja) proporcionaron datos sobre eventos adversos graves: dos informaron de lesiones relacionadas con el componente de ejercicio de la intervención y cinco informaron de que la intervención no tuvo efectos sobre los eventos adversos graves.
Intervenciones alimentarias y de actividad versus control
En comparación con el control, las intervenciones alimentarias y de actividad no reducen el IMC en el seguimiento a corto plazo (DM 0,03; IC del 95%: ‐0,07 a 0,13; 11 estudios, 3429 participantes; evidencia de certeza alta) y probablemente no reduzcan el IMC en el seguimiento a medio plazo (DM 0,01; IC del 95%: ‐0,09 a 0,11; ocho estudios, 5612 participantes; evidencia de certeza moderada) ni a largo plazo (DM 0,06; IC del 95%:‐0,04 a 0,16; seis estudios, 8736 participantes; evidencia de certeza moderada). Podrían tener poco o ningún efecto sobre la zIMC a corto plazo, pero la evidencia es muy incierta (DM ‐0,09; IC del 95%: ‐0,2 a 0,02; tres estudios, 515 participantes; evidencia de certeza muy baja) y podrían no reducir la zIMC en el seguimiento a medio plazo (DM ‐0,05; IC del 95%: ‐0,1 a 0,01; seis estudios, 3511 participantes; evidencia de certeza baja) o a largo plazo (DM ‐0,02; IC del 95%: ‐0,05 a 0,01; siete estudios, 8430 participantes; evidencia de certeza baja).
Cuatro estudios (2394 participantes) proporcionaron datos sobre los eventos adversos graves (evidencia de certeza muy baja): uno informó de un aumento de la preocupación por el peso en unos pocos adolescentes y tres informaron de que no hubo efectos.
Conclusiones de los autores
La evidencia muestra que las intervenciones alimentarias podrían tener poco o ningún efecto sobre la obesidad en los adolescentes. Existe evidencia de certeza baja de que las intervenciones de actividad podrían tener un pequeño efecto beneficioso sobre el IMC en el seguimiento a medio y largo plazo. Las intervenciones de alimentación y actividad podrían dar lugar a una diferencia mínima o nula. Es importante destacar que esta revisión actualizada también indica que las intervenciones para prevenir la obesidad en este grupo etario podrían producir una diferencia escasa o nula en los efectos adversos graves. Las limitaciones de la evidencia incluyen resultados inconsistentes entre los estudios, falta de rigor metodológico en algunos estudios y tamaños muestrales pequeños.
Está justificado seguir investigando los efectos de las intervenciones de alimentación y de actividad para prevenir la obesidad infantil en entornos comunitarios, y en jóvenes con discapacidades, ya que es probable que muy pocos estudios en curso aborden estos temas. Los futuros ensayos aleatorizados para disipar la incertidumbre restante acerca de los efectos de la alimentación, las intervenciones de actividad, o ambas, para prevenir la obesidad infantil en las escuelas (idealmente con la zIMC como variable analizada) necesitarían tener muestras más grandes.
La revisión
Spiga F, Tomlinson E, Davies AL, Moore THM, Dawson S, Breheny K, Savović J, Hodder RK, Wolfenden L, Higgins JPT, Summerbell CD. Interventions to prevent obesity in children aged 12 to 18 years old. Cochrane Database of Systematic Reviews 2024, Issue 5. Art. No.: CD015330. DOI: 10.1002/14651858.CD015330.pub2.
Disponible en: https://n9.cl/jmsr9