Lumbalgia

Existe una importante brecha entre las recomendaciones basadas en la evidencia y la práctica clínica en el dolor lumbar inespecífico, tanto agudo como persistente, con un uso limitado de intervenciones de alto valor y un uso excesivo de las de bajo valor como: pruebas de imagen, reposo, medicamentos como opioides o gabapentinoides, o cirugía.En este número del boletín se revisa la evidencia disponible sobre la eficacia de diferentes tipos de intervenciones en el manejo de la lumbalgia inespecífica, tanto aguda como persistente. INFAC, CEVIME, 26 de noviembre de 2024

Introducción

La lumbalgia es la primera causa de discapacidad a nivel mundial y se asocia con una importante carga personal, social y económica, siendo a su vez, uno de los motivos más comunes de consulta en atención primaria (AP). Se define como dolor y malestar localizado por debajo del margen costal y por encima de los pliegues glúteos inferiores, con o sin dolor en las piernas.

La lumbalgia se clasifica en tres grupos en función de la duración de los síntomas: aguda cuando tiene una duración inferior a 4 semanas, subaguda entre 4 y 12 semanas, y crónica o persistente si el dolor perdura o recurre más allá de 12 semanas. Actualmente, se prefiere la denominación de dolor persistente a la de dolor crónico por la diferencia de significado, ya que indica que persiste más allá del tiempo esperado, no “para siempre”.

Por otra parte, el dolor se puede subdividir en:

  • Primario (también llamado inespecífico o nociplástico), aquel en el que no se encuentra en los tejidos una causa subyacente que lo explique. El mecanismo fisiopatológico de este tipo de dolor no se conoce en profundidad, pero está detrás de los diagnósticos de dolor persistente más frecuentes en AP.
  • Secundario, causado por una afección subyacente conocida (dolor nociceptivo o neuropático). En ocasiones, el dolor puede persistir aunque el tejido se haya recuperado y adquiere las características del dolor nociplástico (ha perdido relación con la lesión del tejido).

La literatura sugiere que el curso clínico de un episodio de lumbalgia es favorable (en 4-6 semanas se suele producir una rápida mejoría del dolor y la discapacidad, así como el regreso al trabajo). Sin embargo, tras este periodo, la recuperación es más lenta y la recurrencia es común (alrededor del 69% de los pacientes experimentará recurrencia dentro de los 12 meses) y el dolor persiste en muchos pacientes. El curso clínico de la lumbalgia persistente es menos favorable, con menores mejoras del dolor y la funcionalidad. La identificación y la intensificación de la atención en aquellos pacientes con lumbalgia subaguda que se recuperan lentamente, podría reducir la probabilidad de transición a lumbalgia persistente, por lo que en estos pacientes se recomienda una revaluación dentro de las primeras 12 semanas.

Existe una importante brecha entre las recomendaciones basadas en la evidencia y la práctica clínica en el dolor lumbar inespecífico, tanto agudo como persistente, con un uso limitado de intervenciones de alto valor y un uso excesivo de las de bajo valor como: pruebas de imagen, reposo, medicamentos como opioides o gabapentinoides, o cirugía.

En este número del boletín se revisa la evidencia disponible sobre la eficacia de diferentes tipos de intervenciones en el manejo de la lumbalgia inespecífica, tanto aguda como persistente

El boletín completo

Lumbalgia. Boletín  INFAC, Volumen 32, nº 8, 2024

Disponible en: https://n9.cl/758r2

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