Medicamentos para niños: cómo evitar errores en la dosis

Los padres se equivocaron menos cuando usaron jeringas en lugar de vasitos graduados, y siempre que la indicación y el instrumento de dosificación estuvieran expresados en militros. Pediatrics, septiembre de 2016

Los padres se equivocaron menos cuando usaron jeringas en lugar de vasitos graduados, y siempre que la indicación y el instrumento de dosificación estuvieran expresados en militros.

Pediatrics, septiembre de 2016   

Resumen
Objetivos:
las etiquetas y envases mal diseñados son los principales contribuyentes a los errores de medicación. Para identificar los atributos de las etiquetas y de las herramientas de dosificación que podrían mejorarse, se analizó el grado en que las tasas de error de dosificación se ven afectados por las características de la herramienta (es decir, tipo, complejidad de la graduación) y la discordancia entre las unidades de medida en las etiquetas y las herramientas de dosificación; también a las diferencias según comprensión de la información médica (“health literacy”) y el idioma.

Métodos: experimento controlado con asignación al azar en 3 clínicas pediátricas urbanas. Los padres de habla inglesa o hispana (n = 2.110) de ≤8 años de edad fueron asignados aleatoriamente a 1 de 5 grupos de estudio, y se le proveyeron etiquetas y herramientas de dosificación con distintas combinaciones de unidades de medida. Cada padre midió 9 dosis de la medicación (3 cantidades [2,5, 5 y 7,5 ml] y 3 herramientas [1 vaso graduado, 2 jeringas (con incrementos de 0,2 y de 0,5 mL)]), en orden aleatorio. El resultado evaluado fue el error de dosificación (> 20% de desviación; un gran error se definió como > 2 veces la dosis).

Resultados: el 84,4% de los padres tuvo al menos 1 error de dosificación (el 21,0% tuvo un o más grandes errores). Se observaron más errores con los vasos graduados que con las jeringas (odds ratio = 4,6; intervalo de confianza del 95%, 4,2 a 5,1), también según el grado de  comprensión de la información de salud y según el idioma (p <0,001 para las interacciones), especialmente para las dosis más pequeñas. No se observaron diferencias en las tasas de error entre los 2 tipos de jeringas. El uso de una etiqueta que expresa la dosis sólo en cucharaditas (tanto si se usó una herramienta de dosificación graduada en mililitros o una cucharaditas) se asoció con más errores que cuando se utilizaron sçolo dosis en mililitros tanto en etiquetas como en las herramientas de dosificación (odds ratio = 1,2; IC 95%, 1,1 a 1,4).

Conclusiones: la recomendación de usar jeringas orales en lugar de vasos graduados, particularmente para dosis más pequeñas, deben ser parte de una estrategia global de etiquetado y dosificación para reducir los errores en la medicación pediátricas.

 

El artículo original:

Yin HS, Parker RM, Sanders LM, Dreyer BP, Mendelsohn AL, Bailey S, et al. Liquid Medication Errors and Dosing Tools: A Randomized Controlled Experiment. Pediatrics. 12 de septiembre de 2016;e20160357.

http://bit.ly/2cGGuUR

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