Medicina de precisión: de la población al individuo

La respuesta a la terapia farmacológica viene determinada en buena parte por los factores genéticos, los cuales explican gran parte de la variabilidad interindividual. La farmacogenómica, las terapias avanzadas o la nanomedicina son tres áreas que se engloban dentro de la medicina de precisión. Butlletí d’informació terapéutica, Servei Català de la Salut, febrero 2021

La medicina de precisión tiene como reto utilizar el medicamento adecuado, en la persona concreta y en el momento apropiado, lo que supone un cambio de enfoque en la medicina: de una visión poblacional a una visión individual. La variabilidad interindividual de la respuesta a un fármaco puede implicar el fracaso terapéutico, hecho que supone una disminución en la calidad de vida de los pacientes y un alto impacto económico para el sistema sanitario. La respuesta a la terapia farmacológica viene determinada en buena parte por los factores genéticos, los cuales explican gran parte de la variabilidad interindividual. La farmacogenómica, las terapias avanzadas o la nanomedicina son tres áreas que se engloban dentro de la medicina de precisión. La farmacogenómica permite la detección de biomarcadores que nos pueden predecir la respuesta o toxicidad de un determinado tratamiento. Esta área es muy utilizada en oncología dada la base genética de las neoplasias malignas. También se utiliza en otras patologías, como en determinados fármacos para la fibrosis quística, el uso de la codeína para la tos o en fármacos antidepresivos. Las terapias avanzadas son medicamentos que se basan en la terapia génica, la terapia de células somáticas, la terapia de ingeniería de tejidos y los medicamentos combinados de terapias avanzadas para el manejo de determinadas enfermedades. El desarrollo de estos medicamentos es muy complejo como consecuencia de la propia naturaleza de estas terapias. Actualmente en España hay tres comercializadas. Por último, la nanomedicina estudia y desarrolla nanomateriales para la prevención, el diagnóstico o el tratamiento de los trastornos a escala celular o molecular. Hoy en día disponemos de nanomateriales que se utilizan en la práctica clínica diaria, como los biosensores de glucosa, y también de nanofármacos ya comercializados en nuestro país. Estas tres áreas han supuesto grandes avances que han permitido mejorar el diagnóstico y/o tratamiento de las enfermades de forma “individual”, sobre todo en el ámbito de la oncología y de las enfermedades minoritarias.

El Butlletí d’informació terapéutica, BIT. Vol. 31, núm. 9, 2020,   elaborado por Silvia Fernández García, Mercè Obach Cortadellas y Pau Riera Armengol

Disponible en https://bit.ly/2ZJPvGB

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