Nuevos medicamentos: ¿Cuánto estamos dispuestos a pagar?

Ojo de Markov número sesenta y cinco - septiembre 2017 Los elevados precios de los medicamentos nuevos suponen un problema de sostenibilidad para los sistemas sanitarios. La fijación de precios y decisiones de financiación requiere conocer si los medicamentos son costo-efectivos según el umbral definido, pero también hay que considerar otros aspectos como el costo-oportunidad. Se debe comparar si las ganancias en salud asociadas al nuevo medicamento compensan con el beneficio perdido por no utilizar esos recursos en otra alternativa.

Salicyme, 14 de septiembre de 2017

 

La financiación de medicamentos nuevos de alto impacto económico está poniendo en peligro la sostenibilidad de los sistemas sanitarios. El precio de estos medicamentos es cada vez mayor y en algunas patologías el coste anual del tratamiento alcanza cifras realmente desorbitadas (ej. ivacaftor para la fibrosis quística cuesta 211.000 €/año tratamiento; lenalidomida en mieloma múltiple e ipililumab en melanoma cuestan unos 71.000 €/año de tratamiento). 

En torno a un tercio de los nuevos fármacos son antineoplásicos. Los avances en los tratamientos oncológicos han logrado alcanzar tasas de supervivencia e incrementos en la calidad de vida que hace años eran impensables. La incidencia del cáncer está creciendo y el aumento de la supervivencia alarga las terapias en el tiempo; esto, sumado al alto precio de los fármacos, hace que la oncología consuma gran cantidad de recursos.

Sin embargo, los medicamentos de elevado precio no solo se comercializan en el área oncológica, en otras especialidades médicas está ocurriendo algo similar.

Los nuevos fármacos para tratar la hipercolesterolemia, alirocumab y evolocumab, suponen unos 5.000 €/año de tratamiento. La hipercolesterolemia es muy prevalente y, a pesar de que estos fármacos no son una alternativa de primera línea, los pacientes candidatos a recibir estas terapias son muy numerosos. Por lo general, los precios de los medicamentos nuevos no se ajustan a su valor terapéutico sino a la rentabilidad esperada para el periodo que dura la patente. En la actualidad, los nuevos fármacos destinados a enfermedades raras y graves son los que tienen los precios más exagerados, algunos ejemplos son: idursulfasa en la enfermedad de Hunter o eculizumab en la hemoglobinuria paroxística nocturna, síndrome urémico hemolítico atípico y miastenia gravis.

Conclusiones

  • Los elevados precios de los medicamentos nuevos suponen un problema de sostenibilidad para los sistemas sanitarios.

  • En España, las decisiones de financiación y fijación de precios contemplan criterios de eficacia, seguridad, así como criterios económicos.

  • El Sistema Nacional de Salud debería definir la cantidad máxima que considera apropiada invertir por unidad de efectividad en salud y fijar un umbral de costo-efectividad.

  • Un informe del Ministerio de Sanidad ha estimado que este umbral podría estar en el rango entre 20.000 € y 25.000 €/AVAC.

  • Fijar un umbral de costo-efectividad podría evitar la financiación de medicamentos con escaso beneficio y elevado costo. De momento, en España, no se ha adoptado formalmente ningún umbral.

  • La fijación de precios y decisiones de financiación requiere conocer si los medicamentos son costo-efectivos según el umbral definido, pero también hay que considerar otros aspectos como el costo-oportunidad. Se debe comparar si las ganancias en salud asociadas al nuevo medicamento compensan con el beneficio perdido por no utilizar esos recursos en otra alternativa.

 

Autora: Belén Calabozo Freile

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