Preguntas frecuentes sobre el uso de vitamina D

Los niveles considerados óptimos de 25-hidroxivitamina D son todavía motivo de controversia y no hay un con­senso claro sobre a partir de qué valor se ha de suplementar. Se recomienda que la determinación sérica de estos niveles se haga en pacientes con síntomas o signos de deficiencia, o en aquellos que pertenezcan a grupos con riesgo de déficit.  BIT, diciembre de 2021

La vitamina D es un nutriente con múltiples funciones que tiene un papel imprescindible en la regulación de la homeostasis del calcio y del fósforo. Se obtiene principalmente a través de la síntesis cutánea mediante la radiación solar. El déficit mantenido de vitamina D puede provocar defectos de la mineralización esquelética, que puede conducir, en los casos más graves, a un raquitismo en niños o a una osteomalacia en adultos. Existen diversos factores de riesgo asociados al déficit de vitamina D, entre los cuales destacan una exposición solar baja o el envejecimiento.

El metabolito más estable que refleja el estatus de vitamina D de una persona es la 25-hidroxivitamina D, la cual puede determinarse en suero. Existe, de hecho, una variabilidad analítica elevada, más acusada en algunos métodos que en otros, y que hay que tener en cuenta a la hora de interpretar los resultados.

Los niveles considerados óptimos de 25-hidroxivitamina D son todavía motivo de controversia y no hay un con­senso claro sobre a partir de qué valor se ha de suplementar. Se recomienda que la determinación sérica de estos niveles se haga en pacientes con síntomas o signos de deficiencia, o en aquellos que pertenezcan a grupos con riesgo de déficit. 

Para la suplementación de vitamina D, lo más habitual es emplear colecalciferol o calcifediol de administración oral. La elección del fármaco, la forma farmacéutica y la pauta dependen de la causa y la magnitud del déficit, de las comorbilidades y de las preferencias de los pacientes.

Diferentes publicaciones han sugerido la asociación entre el déficit de 25-hidroxivitamina D y patologías como la diabetes, algunas enfermedades autoinmunes, las enfermedades cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y la COVID-19, entre otros. Sin embargo, no hay evidencia para recomendar la suplementación con vitamina D en estos pacientes dado que los ensayos clínicos que analizan el efecto de esta suplementación no son positivos de forma concluyente.

El  Butlletí d’Informació Terapèutica, del Departament de Salut de la Generalitat de Catalunya, Vol. 32, núm. 6, 2021 completo en

https://bit.ly/3mLpd2k

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