Prioridades en la lucha contra las resistencias bacterianas

A lo largo de los años, se ha ido constatando que conforme se introducían nuevos antibióticos en el arsenal terapéutico, comenzaban a aparecer bacterias capaces de sobrevivir a estos fármacos de forma natural, como parte de la evolución de estos microorganismos en su adaptación al medio ambiente. El desarrollo de resistencias bacterianas asociado a la escasez de tratamientos alternativos, son dos de los mayores problemas de salud pública en la actualidad, que constituye además un factor de riesgo potencial añadido para la salud de los ciudadanos, sobre todo los más vulnerables. Boletín BOLCAN, Servicio Canario de la Salud, noviembre de 2023

 Introducción

El descubrimiento de los antibióticos en la década de los años 40 del siglo pasado y la generalización de su uso en la práctica clínica, ha supuesto uno de los mayores avances de la medicina moderna. Los antibióticos no solo han permitido hacer frente a patologías infecciosas, sino que han tenido, y siguen teniendo, un papel crucial en los avances médicos. Permiten prevenir y tratar infecciones en pacientes que reciben terapias inmunosupresoras o quimioterapia, y a aquellos pacientes que padecen enfermedades crónicas o que son sometidos a trasplantes, prótesis u otras cirugías complejas.

 A lo largo de los años, se ha ido constatando que conforme se introducían nuevos antibióticos en el arsenal terapéutico, comenzaban a aparecer bacterias capaces de sobrevivir a estos fármacos de forma natural, como parte de la evolución de estos microorganismos en su adaptación al medio ambiente

La Resistencia Antimicrobiana se define como la capacidad que tiene una bacteria para sobrevivir a concentraciones de antibiótico que inhiben o matan a otras de la misma especie. Estos fármacos ofrecen una ventaja evolutiva al producir una presión selectiva sobre las bacterias sensibles, con lo que las bacterias supervivientes se multiplican y diseminan, debido a la falta de competidores naturales4. Las resistencias se deben generalmente a una serie de genes que existen en la naturaleza y que componen el llamado resistoma, un sistema adaptable y modificable y cuya presencia es independiente de la previa exposición al antibiótico. El desarrollo de resistencias bacterianas asociado a la escasez de tratamientos alternativos, son dos de los mayores problemas de salud pública en la actualidad, que constituye además un factor de riesgo potencial añadido para la salud de los ciudadanos, sobre todo los más vulnerables.

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Como conclusión final, se hace necesario recordar los factores clave en el uso de antimicrobianos para limitar su impacto en el desarrollo de resistencias

  • Evitar el uso de antimicrobianos en situaciones en las que no estén indicados (infecciones víricas, bacteriuria asin­tomática…)
  • Elegir el tratamiento antimicrobiano empírico en base a la gravedad del cuadro, el síndrome clínico, la epidemiología local y las circunstancias individuales, evitando fármacos de amplio espectro o elevado impacto ecológico, en situa­ciones no indicadas.
  • Revisar el tratamiento cuando se disponga de información sobre la etiología de la infección, cambiando al fármaco más eficaz y seguro, con menor impacto ecológico y más eficiente, cuando sea necesario.
  • Evitar prolongar el tratamiento más tiempo de lo imprescindible y suspenderlo inmediatamente si se descarta la infección.
  • Evitar la infradosificación, es necesario utilizar siempre las dosis adecuadas.
  • La duración de la antibioterapia deber ser la menor posible. Comprobar la duración adecuada del tratamiento para cada proceso infeccioso y solo prolongarlo en casos muy justificados.
  • Reducir precozmente el inóculo bacteriano mediante el llamado “control del foco” (drenaje quirúrgico del foco in­feccioso, retirada del dispositivo infectado, eliminación de obstrucción en la infección de la vía urinaria o biliar, etc.) siempre que sea posible.
  • Realizar un uso racional de los dispositivos invasivos (catéteres y sondas, sobre todo).
  • Reforzar las medidas de higiene generales incluyendo la higiene de manos y el uso de productos de base alcohólica, así como el uso racional de guantes.
  • Llevar a cabo estrategias encaminadas a disminuir la prescripción antibiótica innecesaria como la comparación y asesoría por pares, la justificación de la prescripción o la “prescripción diferida” en infecciones respiratorias, que se han mostrado útiles en Atención Primaria
  • Seguir las recomendaciones de las guías de tratamiento antimicrobiano empírico que constituyen una herramienta muy importante de ayuda a la toma de decisiones en procesos infecciosos cuando la elección se realiza de forma empírica. Estas guías son un recurso indispensable en los PROA, por ello, se ha desarrollado en el marco del PRAN la Guía Terapéutica Antimicrobiana del SNS con el objetivo de optimizar y homogeneizar la prescripción de los trata­mientos antibióticos y reducir el riesgo de aparición de microorganismos resistentes.
  • En caso de sospecha de fracaso del tratamiento antibiótico considerar que, puede deberse a que sea una infección tratable con antibióticos, existan otras causas de fiebre, el antibiótico sea el correcto pero no la dosis o la vía o el antibiótico deba cambiarse por no ser activo. ...]

El Boletín BOLCAN Vol. 14 Nº 3, SEPTIEMBRE 2023, completo

Disponible en https://www3.gobiernodecanarias.org/sanidad/scs/content/b013d82a-7957-11ee-99ea-7b52313422d5/BOLCAN_septiembre_2023.pdf

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