Qué hacer cuando la hipertensión arterial no se corrige con tres fármacos

La hipertensión resistente es una situación frecuente para el médico de cabecera, que debe comenzar revisando la adherencia al tratamiento no farmacológico y farmacológico y, eventualmente, reemplazar o agregar otro medicamento. Hypertension, 13 de septiembre de 2018

La hipertensión resistente es una situación frecuente para el médico de cabecera, que debe  comenzar revisando la adherencia al tratamiento no farmacológico y farmacológico y, eventualmente, reemplazar o agregar otro medicamento.

Hypertension, 13 de septiembre de 2018

 

Resumen

La hipertensión resistente (HR) se define como la tensión arterial (TA) elevada en un paciente a pesar del uso concurrente de 3 clases de fármacos antihipertensivos, que incluyen un bloqueador de los canales de calcio de acción prolongada, un bloqueador del sistema renina-angiotensina (inhibidor de de la enzima convertidora de angiotensina o bloqueador del receptor de angiotensina II) y un diurético. Los fármacos antihipertensivos deben administrarse a dosis diarias máximas o máximas toleradas. La HR también incluye pacientes cuya TA alcanza los valores objetivo con ≥4 medicamentos antihipertensivos.

El diagnóstico de HR requiere la garantía de la adherencia a la medicación antihipertensiva y la exclusión del "efecto del guardapolvo blanco" (TA en el consultorio por encima del objetivo, pero TA fuera del consultorio en la meta o menor). La importancia de la HR se destaca por el riesgo asociado de resultados adversos en comparación con la hipertensión no resistente.

Este artículo es una declaración científica actualizada de la Asociación Estadounidense del Corazón sobre la detección, evaluación y manejo de la HR. Una vez confirmada la adherencia a la medicación antihipertensiva y si los registros de TA fuera del consultorio excluyen un efecto de guardapolvo blanco, la evaluación incluye la identificación de problemas de estilo de vida, la detección de fármacos que interfieren con la eficacia de la medicación antihipertensiva, la detección de hipertensión secundaria y la evaluación del daño a órganos blanco. El tratamiento de la HR incluye la maximización de las intervenciones de estilo de vida, el uso de diuréticos de acción prolongada tipo tiazida (clortalidona o indapamida), la adición de un antagonista del receptor de mineralocorticoides (espironolactona o eplerenona) y, si la PA sigue siendo elevada, la adición gradual de fármacos antihipertensivos con mecanismos de acción para bajar la presión arterial Si la presión arterial no se controla, se recomienda derivar a un especialista en hipertensión.

 

El artículo completo:

Carey RM, Calhoun DA, Bakris GL, et al, on behalf of the American Heart Association. Resistant Hypertension: Detection, Evaluation, and Management: A Scientific Statement From the American Heart Association. Hypertension 2018; https://doi.org/10.1161/HYP.0000000000000084

Disponible en: http://bit.ly/2p5Gzc6

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