Reacciones adversas cutáneas graves por fármacos

Butlletí de Farmacovigilància de Catalunya Vol. 17, n.º 1 • enero - marzo 2019GenCat, 16 de marzo de 2019Las reacciones adversas cutáneas (RAC) graves inducidas por fármacos se asocian a una elevada morbimortalidad y a un riesgo de secuelas a largo plazo.

Butlletí de Farmacovigilància de Catalunya Vol. 17, n.º 1 • enero - marzo 2019

GenCat, 16 de marzo de 2019

Las reacciones adversas cutáneas (RAC) graves inducidas por fármacos se asocian a una elevada morbimortalidad y a un riesgo de secuelas a largo plazo. Las RAC graves incluyen varias entidades clínicas como el síndrome de Stevens-Johnson (SSJ), la necrólisis epidérmica tóxica (NET) o síndrome de Lyell, la erupción por fármacos con eosinofilia y síntomas sistémicos (síndrome de DRESS), la pustulosis exantemática generalizada aguda (PEGA) y la erupción fija generalizada ampollosa (GBFDE) (véase la tabla 1). Las dos primeras se consideran variantes de gravedad de la misma patología. Dado que estas reacciones presentan una incidencia muy baja (menos de 1 caso por cada 5.000 pacientes tratados), es poco probable que se detecten durante los ensayos clínicos antes de la comercialización de los fármacos. Se estima que afecta a un 2% o 3% de pacientes hospitalizados (aunque algunas publicaciones describen hasta un 5% o 7%), con una mortalidad de 0,1 a 0,3%.1,2 Para muchas de estas RAC graves no se dispone de tratamientos específicos, y el tratamiento se basa en medidas de apoyo, inmunosupresores o inmunoglobulinas; algunas a veces pueden requerir atención en las unidades de quemados o de cuidados intensivos hospitalarios.3 Las mejores estrategias para mejorar el pronóstico son la prevención y una detección precoz de los síntomas para poder retirar lo antes posible el fármaco sospechoso, fomentando así la recuperación de la persona y previniendo la aparición de complicaciones secundarias.4


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