Sarampión durante el embarazo
Para prevenir las infecciones por sarampión, los médicos deben preguntar a las pacientes que estén considerando un embarazo si han recibido dos dosis de vacuna contra el sarampión. Dado que la mayoría de los adultos no tienen su cartilla de vacunación infantil impresa, las personas que entran en edad reproductiva podrían desconocer si tienen un riesgo elevado. En caso de exposición de una embarazada susceptible, la inmunoglobulina IV reduce el riesgo y la gravedad de la enfermedad. CMAJ, 9 de junio de 2025.
El sarampión durante el embarazo presenta graves riesgos maternos y fetales. Las personas embarazadas con sarampión tienen mayor riesgo de neumonía, hepatitis y hospitalización, y un riesgo de muerte 10 veces mayor que las que no están embarazadas. La infección también aumenta el riesgo de aborto espontáneo, restricción del crecimiento intrauterino y parto prematuro.
La inmunoglobulina intravenosa (IVIG) puede reducir el riesgo de infección o disminuir la gravedad del sarampión en embarazadas expuestas y susceptibles. Se recomienda una dosis de IVIG (400 mg/kg) hasta 6 días después de la exposición. Las embarazadas susceptibles son aquellas que no han tenido una infección previa por sarampión ni han recibido ninguna vacuna antisarampionosa. Las personas que solo han recibido una dosis previa de la vacuna contra el sarampión o cuyo estado de vacunación se desconoce también pueden ser susceptibles, y si su prueba de inmunoglobulina G es negativa o no está disponible, también deben recibir IVIG. El parto prematuro debe considerarse un posible signo de infección en embarazadas expuestas y susceptibles. Se requieren consideraciones especiales de cuidado para las embarazadas hospitalizadas con sarampión, dada su transmisión aérea y alta infectividad.
Se debe consultar a un especialista en enfermedades infecciosas cuando se diagnostica sarampión en una paciente embarazada. Si existe la preocupación de complicaciones maternas, las pacientes deben ser hospitalizadas con un nivel adecuado de atención materna y neonatal. Se requieren medidas estrictas de control de infecciones durante su período infeccioso y para los neonatos expuestos o infectados. La duración del aislamiento debe determinarse en consulta con el equipo de prevención y control de infecciones.
La infección materna en las 2 semanas previas al parto puede provocar una infección congénita grave. La infección congénita por sarampión suele manifestarse durante los primeros 10 días de vida y puede presentarse con fiebre, exantema, hepatitis y neumonía. La infección puede tener complicaciones agudas y a largo plazo graves, incluyendo panencefalitis esclerosante subaguda y la muerte. Cuando se administra inmunoglobulina al neonato al nacer, puede prevenir la infección o disminuir las complicaciones del sarampión.
Garantizar que todas las personas en edad reproductiva estén al día con sus vacunas contra el sarampión es crucial para prevenir complicaciones en embarazadas y neonatos. Se debe revisar el estado de vacunación contra el sarampión en esta población y vacunar a las personas susceptibles no embarazadas que cumplan los requisitos.
El artículo original:
Michelle Science, Janine Hutson, Michelle Barton. Measles in pregnancy. CMAJ Jun 2025, 197 (22) E625; DOI: 10.1503/cmaj.250606
Disponible en: https://n9.cl/1hdc5