Sobrediagnóstico: Un mal que daña a nuestros niños

Se analiza la existencia y consecuencias del sobrediagnóstico en Pediatría, con propuestas para limitar sus efectos. Archivos Argentinos de Pediatría, octubre de 2018

Se analiza la existencia y consecuencias del sobrediagnóstico en Pediatría, con propuestas para limitar sus efectos.

Archivos Argentinos de Pediatría, octubre de 2018

 

Resumen

Pueden cometerse muchos errores en el momento de hacer un diagnóstico: subdiagnosticar, hacer un diagnóstico equivocado y sobrediagnosticar. Mientras que el subdiagnóstico y el diagnóstico equivocado son errores obvios, cuando se sobrediagnostica se descubre una anomalía real, pero la detección no beneficia al paciente. El daño ocurre cuando se continúa evaluando al paciente y se lo trata innecesariamente por una afección que, de no haberse diagnosticado, nunca lo habría afectado.

Son varios los fenómenos que apuntan a un posible sobrediagnóstico: que la demora u omisión de un diagnóstico no ocasione daños; que aumente la detección de una enfermedad, pero no haya cambios en los resultados, y que los estudios aleatorizados no muestren ningún beneficio con el diagnóstico.Hay quienes dirían que el saber siempre reporta beneficios, pero los efectos adversos del sobrediagnóstico están bien documentados. Tendremos que adquirir más conocimientos sobre el daño que puede generar el sobrediagnóstico y transmitirlos a nuestros colegas, y deberemos aprender a encontrar el equilibrio entre el posible beneficio de un diagnóstico y el riesgo del sobrediagnóstico.

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¿Cómo podemos mejorar?

Nos regimos por la regla de primum non nocere, es decir, “ante todo, no hacer daño”. Tendremos que adquirir más conocimientos sobre el daño que puede generar el sobrediagnóstico y transmitirlos a nuestros colegas, y deberemos aprender a encontrar el equilibrio entre el posible beneficio de un diagnóstico y el riesgo del sobrediagnóstico. La campaña “Elegir con inteligencia” en los EE.UU. ha elaborado una lista de 5 (a menudo más) pruebas y tratamientos que, en general, no son necesarios para cada una de varias especialidades y poblaciones. Solo en pediatría, ya se han incluido en la lista 154 puntos que atañen a los niños, incluido el uso de exámenes por TC en varias situaciones y el abordaje de varios diagnósticos para los cuales el tratamiento no ofrece un beneficio neto.

Debemos hacernos la pregunta clave: ¿Evolucionará mejor el paciente si le hacemos la prueba? Las mediciones actuales de la calidad en relación con los exámenes de diagnóstico suelen focalizarse en el uso insuficiente de pruebas de diagnóstico o de detección. Podemos diseñar mediciones de la calidad que aborden las fuentes comunes de sobrediagnóstico y desarrollar mediciones a partir de la implementación de pautas. También podemos desarrollar mediciones a partir del valor: ¿Qué aporta cada prueba o diagnóstico a la salud del paciente? Por último, podemos incluir los errores de comisión en los análisis de los eventos adversos y preguntarnos si la prueba o la intervención que provocó el daño realmente se justificaba desde un principio. Como siempre, hace falta investigación para ampliar nuestro conocimiento acerca del sobrediagnóstico.

Los investigadores deben identificar y estudiar aquellas afecciones con potencial para el sobrediagnóstico, evaluar con sentido crítico las prácticas aceptadas y concentrarse en el valor de la prueba, no en la exactitud.

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El artículo original:

Moyer VA. Sobrediagnóstico: “Un mal que daña a nuestros niños”. Arch Argent Pediatr 2018;116(6):426-429.

Disponible en: http://bit.ly/2OxYySS

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