Sociedades científicas y conflictos de intereses

El autor describe las áreas de posible conflicto para las sociedades profesionales, que incluyen la financiación de sus actividades a través de la industria y la eventual tensión entre el interés sectorial de sus asociados y la salud pública. JAMA, 2 de mayo de 2017

El autor describe las áreas de posible conflicto para las sociedades profesionales, que incluyen la financiación de sus actividades a través de la industria y la eventual tensión entre el interés sectorial de sus asociados y la salud pública.

JAMA, 2 de mayo de 2017  

 

Los roles de las Sociedades Científicas (SC) son diversos e incluyen el servir como fuente principal para la educación médica, supervisar y aprobar guías de práctica clínica, y publicar influyentes revistas médicas. Las SC también tienen la tarea de representar los intereses financieros de sus miembros, y hacerlo a menudo involucra presión política y otros esfuerzos para influir en la política de salud, incluyendo el reembolso de los médicos. La naturaleza sensible de estos roles requiere que las SC mantengan un alto grado de independencia académica e integridad científica evitando la influencia inapropiada de intereses comerciales.

En 2009, dos importantes informes se centraron en las relaciones entre el sector médico y la industria, uno generado por la Academia Nacional de Medicina de EEUU (ANM), que aborda principalmente el comportamiento individual de los médicos, y el otro un informe de consenso sobre las relaciones entre las SC y las entidades comerciales. En los años que siguieron a estas dos publicaciones, muchas SC adoptaron políticas que reflejaban las recomendaciones de estos informes. Una recomendación clave del informe de consenso de 2009 fue una reducción preliminar del apoyo de la industria a menos del 25% del presupuesto operativo de las SC, con el objetivo final de liberarse totalmente de la financiación de la industria. Aunque los avances han sido significativos, hay poca evidencia de que la meta del 25% haya sido alcanzada. Los gastos de operación de las grandes SC son sustanciales, excediendo $ 100 millones de dólares para algunas sociedades especializadas y otras organizaciones de médicos.

La mayoría de las SC continúan obteniendo grandes ingresos por la venta de espacio en sus sesiones científicas anuales a compañías farmacéuticas y de dispositivos médicos. Por lo general, en estas reuniones la industria también puede comprar carteles de propaganda, publicidad en quioscos e incluso carteles en los autobuses utilizados para transportar a los participantes de los hoteles a los lugares de convenciones. Algunas SC permiten a las empresas patrocinar simposios con Sesiones especiales dentro del programa. Otras asociaciones, especialmente las que están fuera de los Estados Unidos, continúan celebrando reuniones anuales en las que los gastos de viaje y de hotel de muchos participantes son pagados por la industria. La mayoría de las revistas médicas publicadas por SC continúan obteniendo una proporción sustancial de sus ingresos operativos de la publicidad. Algunas revistas permiten a la industria patrocinar suplementos, que normalmente están diseñados para apoyar los objetivos de marketing del patrocinador. El grado en que estas fuentes de financiación influyen en el contenido editorial o las políticas de SC sigue siendo incierto, pero no se puede excluir el potencial de influencia inapropiada.

Hay dos categorías generales de asociaciones médicas, cada una de las cuales presenta conflictos de interés particulares. Una categoría, las sociedades de médicos especialistas, por lo general tienen una membresía focalizada compuesta por médicos que practican una disciplina médica específica. Estas organizaciones sirven dos funciones distintas y, a veces, mutuamente contradictorias. Por una parte publican revistas científicas, proveen educación y desarrollan guías de práctica, pero también tienen la tarea de abogar por el bienestar financiero de los miembros de la asociación, incluyendo la retribución por el cuidado del paciente. Este último rol típicamente implica presionar al Congreso y al Poder Ejecutivo para aumentar las oportunidades de ingresos para los médicos. Entre 1997 y 2015, los Centros de Servicios de Medicare y Medicaid utilizaron un método para controlar el gasto conocido como “fórmula de tasa de crecimiento sostenible”. Las organizaciones de médicos presionaron intensamente para eliminar esta norma, que finalmente fue derogada en 2015. Para las SC siempre ha existido una tensión entre la remuneración de los médicos y la defensa de la salud pública que requiere que las asociaciones equilibren el interés propio del médico con la meta social de proporcionar salud accesible.

Se han logrado algunos avances en la resolución de esta área de conflicto, aunque los objetivos potencialmente opuestos de promover la salud pública y obtener mejor retribución siguen siendo problemáticos. Varias sociedades han desarrollado "criterios de uso apropiados" que definen cuándo las pruebas o los procedimientos están indicados desde el punto de vista médico y cuándo no lo están. Estas directrices representan una respuesta a la crítica de que ciertos procedimientos se llevaban a cabo con demasiada frecuencia, impulsados ​​por los altos niveles de reembolso que crean incentivos perversos para la sobreutilización. Un ejemplo destacado es el intervencionismo coronario percutáneo, que probablemente se realizaba con demasiada frecuencia, generando altos costos para el sistema de salud. El American Board of Internal Medicine ha proporcionado liderazgo en esta área a través de la campaña "Elegir sabiamente", que reunió a muchas SC para definir pruebas de diagnóstico y procedimientos terapéuticos cuya necesidad podría ser cuestionada por los pacientes. Estos esfuerzos no siempre han sido apreciados por la industria o los médicos individuales, pero representan a las SC actuando con valentía para mejorar la atención de salud en lugar del reembolso de los médicos.

La segunda categoría de SC con desafíos particulares por conflictos de interés son aquellas que asocian a grupos de abogacía de pacientes o de enfermedades con una sociedad médica de especialistas. Los ejemplos incluyen la Asociación Americana de Diabetes y la American Heart Association (AHA). Estas organizaciones a menudo proporcionan muchos de los mismos servicios que las SC orientadas al médico, pero también están involucradas en la recaudación de fondos para la concienciación de la enfermedad, la educación pública y la investigación. Los grupos de defensa de la enfermedad son particularmente sensibles a las percepciones del público y frecuentemente se involucran en una auto-promoción agresiva con el objetivo de aumentar la recaudación de fondos. Su sensibilidad a su imagen pública puede crear una tensión entre los objetivos científicos y las percepciones públicas. Esto fue particularmente evidente cuando la crítica científica de las recomendaciones preventivas del American College of Cardiology  y de la AHA apareció en la portada del New York Times. La AHA reaccionó con una actitud defensiva en lugar de auto-reflexión y una reevaluación científica.

Las reformas destinadas a garantizar la integridad científica y la independencia de las asociaciones profesionales han demostrado cierto progreso, pero necesitan atención continua. Los enormes incentivos financieros de la industria y la dependencia de las SC del financiamiento de la industria representan un problema continuo con el potencial de influir indebidamente en la práctica de la medicina. La constante vigilancia y la autorreflexión son esenciales para mantener un progreso continuo.

 

El artículo completo:

Nissen SE. Conflicts of Interest and Professional Medical AssociationsProgress and Remaining Challenges. JAMA. 2017;317(17):1737-1738. doi:10.1001/jama.2017.2516

Disponible en: http://bit.ly/2pF1Bxw

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