Vacunas en el tratamiento y la prevención del cáncer: el momento es ahora

Dirigir la inmunidad mediante vacunas no tiene por qué limitarse a la prevención del cáncer. Con la tecnología disponible, las vacunas pueden dirigir el sistema inmunitario contra las células cancerosas de forma que permitan un mejor control de la enfermedad y una menor toxicidad, introduciendo un nivel de especificidad urgentemente necesario. La promesa de este enfoque refleja la culminación de una larga trayectoria de fortalecimiento de nuestro sistema inmunitario para tratar el cáncer.Reconocemos que las vacunas contra el cáncer no curarán todos los cánceres. Como todas las innovaciones médicas, evolucionarán mediante pruebas y mejoras para mejorar los resultados de los pacientes. Es imperativo que sigamos apoyando la innovación en este ámbito para ampliar esta oportunidad a la mayor variedad de afecciones, y que involucremos a la comunidad de pacientes en esta transformación de la atención médica para permitir una penetración óptima de estas herramientas contra el cáncer. J Clin Invest, 1 de julio de 2025

El sistema inmunitario está perfectamente adaptado para protegernos de patógenos externos, pero también puede detectar nuevos antígenos expresados ​​durante el desarrollo del cáncer. El cáncer es un enemigo formidable, en el que las células huésped se transforman y se adaptan con flexibilidad para evadir y atenuar las respuestas inmunitarias. Para 2050, se prevé que la carga mundial de cáncer alcance la asombrosa cifra de 35 millones de casos nuevos al año. A partir de las lecciones aprendidas en el aprovechamiento del sistema inmunitario para combatir enfermedades infecciosas, las vacunas son una herramienta con un gran potencial para reducir drásticamente la carga mundial de cáncer. Un horizonte emergente son las vacunas terapéuticas contra el cáncer, que dirigen el sistema inmunitario con mayor precisión que las terapias actuales. En este artículo, analizamos el estado actual de las vacunas para la prevención del cáncer, los esfuerzos en curso para desarrollar vacunas para su tratamiento y los desafíos pendientes en este campo.

Las vacunas desempeñan un papel importante en la prevención del cáncer. El carcinoma hepatocelular (CHC) representa el 90 % de todos los casos de cáncer primario de hígado, ocupando el tercer lugar en mortalidad entre todos los cánceres, y más de la mitad de los casos de CHC son atribuibles a la cirrosis asociada a la infección crónica por el virus de la hepatitis B (VHB). La vacuna contra el VHB, disponible desde la década de 1980, evitará aproximadamente 38 millones de muertes entre las personas nacidas entre 2000 y 2030 y ahorrará más de 120 000 millones de dólares durante el mismo período, lo que convierte a la vacunación en la mejor y más económica manera de prevenir el CHC relacionado con el VHB . De manera similar, se ha demostrado que la adopción generalizada de vacunas dirigidas al virus del papiloma humano (VPH) reduce eficazmente la incidencia de varios tipos de cáncer y tiene el potencial de eliminar virtualmente el riesgo de cáncer de cuello uterino. Aproximadamente una sexta parte de todos los cánceres humanos son resultado de solo siete virus, y combatirlos mediante la vacunación representa una enorme oportunidad para reducir la incidencia del cáncer en todo el mundo, de forma económica y de por vida. Esta escala de efectos no puede subestimarse.

Las vacunas también ofrecen una oportunidad preventiva para cánceres no virales. Por ejemplo, el síndrome de Lynch, una condición genética, predispone a las personas a diversos tipos de cáncer, todos ellos resultantes de defectos genéticos predecibles en los genes que reparan los desajustes del ADN. Se están realizando estudios preliminares en personas con síndrome de Lynch para evaluar si las vacunas dirigidas a neoantígenos comunes definidos (nuevos antígenos que se forman en tumores debido a mutaciones genéticas) pueden prevenir o retrasar el cáncer .

Cabe destacar que dirigir la inmunidad mediante vacunas no tiene por qué limitarse a la prevención del cáncer. Con la tecnología disponible, las vacunas pueden dirigir el sistema inmunitario contra las células cancerosas de forma que permitan un mejor control de la enfermedad y una menor toxicidad, introduciendo un nivel de especificidad urgentemente necesario. La promesa de este enfoque refleja la culminación de una larga trayectoria de fortalecimiento de nuestro sistema inmunitario para tratar el cáncer.

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Reconocemos que las vacunas contra el cáncer no curarán todos los cánceres. Como todas las innovaciones médicas, evolucionarán mediante pruebas y mejoras para mejorar los resultados de los pacientes. Es imperativo que sigamos apoyando la innovación en este ámbito para ampliar esta oportunidad a la mayor variedad de afecciones, y que involucremos a la comunidad de pacientes en esta transformación de la atención médica para permitir una penetración óptima de estas herramientas contra el cáncer. Es evidente que permitir que las células T de memoria identifiquen y destruyan selectivamente las células cancerosas representa un método crucial —y probablemente nuestra mayor esperanza— para erradicar los cánceres emergentes o existentes, lo que presagia lo último en oncología de precisión.

El artículo

William Becker, W. Kimryn Rathmell Vaccines in cancer treatment and prevention: the time is now.   J Clin Invest. 2025;135(13):e195673. DOI:10.1172/JCI195673.

Disponible en: https://n9.cl/alpb8

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