“Depakine, el escándalo. No podía callarme”

Butlletí Groc: Vol. 31, n. 1 :: ene-mar 2018 Fundació Institut Català de Farmacologia, 5 de marzo de 2018 En este número del Butlletí groc se detallan los riesgos embriológicos del Depakine (valproato) -un medicamento antiepiléptico, que cuenta con fármacos alternativos más seguros, y como estos eran conocidos desde hace décadas. Y además d el riesgo, la elevada tasa de afectación física, psicológica y cognitiva de los niños expuestos en el periodo fetal.

Butlletí Groc: Vol. 31, n. 1 :: ene-mar 2018

Fundació Institut Català de Farmacologia, 5 de marzo de 2018

Marine Martin tiene 44 años. Tiene epilepsia. Desde pequeña tomaba ácido valproico. Tiene dos hijos. En 1998, antes de su primer embarazo, preguntó a su neurólogo, a su médico de familia y a su ginecólogo si el tratamiento podía ser un problema. Todos le dijeron que no, excepto que había un riesgo de 1% de espina bífida. Siguió tomando el ácido valproico durante todo el embarazo, con ecografías de seguimiento; la hija nació sin espina bífida.

Cuando la Sra. Martin tuvo su segundo hijo, en 2002 justo al nacer le dijeron que tenía hipospadias. Desde los primeros días no dormía, y pasaba largos ratos gritando. A los seis meses era evidente que tenía un retraso de desarrollo neurológico. A los 3 años le concedieron discapacidad de 80%; no hablaba, se ensuciaba, caminaba con dificultad y se caía a menudo, no coordinaba los movimientos de las manos. La vida era un rosario de visitas a médicos y rehabilitadores varios, tres por semana o más. (Incluso un médico le prescribió metilfenidato para mejorar la atención). La vida de toda la familia estaba pendiente de las atenciones rehabilitadoras y del apoyo escolar y doméstico.

Siempre que preguntaba a los médicos si la enfermedad del hijo podía haber sido causada por el ácido valproico, le decían que no... Hasta que un día descubrió que su hija mayor también tenía dispraxia y signos de autismo.

En 2009, cuando el niño tenía seis años, una tarde en casa hizo un descubrimiento inesperado navegando por internet. En lugar de buscar por “autismo”, como solía hacer, usó los términos “medicamentos”, “peligrosos” y “embarazo”. Le apareció el Centro CRAT (lecrat.fr), el cual informaba en su página principal que los principales causantes de malformaciones son la isotretinoína y el ácido valproico. Allí mismo aprendió que el ácido valproico puede causar hipospadias, trastornos del comportamiento, apraxia, autismo y afectación otorrinolaringológica.

Lloro. Soy incapaz de levantarme, de separarme del ordenador. A medida que navego por estas páginas, crecen las lágrimas que resbalan por mis mejillas... Nado en plena incredulidad. De tan violento que es el descubrimiento... ...¿Por qué ninguno de los especialistas con quienes me he cruzado en mis recorridos sanitarios me ha citado la posible relación? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?......Acabo entrando en un sitio internet inglés. Y entonces recibo el mazazo: el niño de la fotografía es idéntico a mi hijo. Trazo por trazo. “Es mi hijo”, me digo, sonada. Desfilan otras imágenes de niños: todos parecen primos, todos se parecen a mi hijo. Estos niños con el labio superior fino y la nariz aplastada han sido todos intoxicados por el Depakine... Se le llama “embriopatía por valproato”, o también “síndrome del anticonvulsivante”... No sabré nunca qué cara habría tenido mi hijo. Se la han robado, le han robado la identidad... ¿Soy la única a quien mis médicos no avisaron?”

El sitio internet era el de l’Organization for AntiConvulsant Syndrome (OACS) del Reino Unido, que había sido fundada por padres de afectados... ¡10 años antes!(https://www.oacscharity.org/).

Dépakine, el escándalo” 1 describe el combate de una madre para hallar las respuestas que no le daban sus médicos, y para difundir el conocimiento del problema a otras familias afectadas. Un combate tenaz: fundó la asociación de víctimas APESAC (www.apesac.org), buscó un abogado apropiado, y movilizó los medios de comunicación. A pesar de las resistencias y la lentitud judiciales, promovió y presentó la primera demanda colectiva en Francia contra la compañía Sanofi. En 2016 consiguió que el Parlamento francés votara, por unanimidad, una ley de compensación de las víctimas de la embriopatía por Depakine, compensación garantizada por el estado pero pagada por la compañía. A pesar de la actitud pasiva de la agencia reguladora francesa (ANSM) y la EMA, finalmente consiguió que esta última organizara una sesión del Comité de Farmacovigilància (PRAC) en junio de 2014, y una sesión pública en 2017.

En este número del Butlletí groc se detallan los riesgos embriológicos del Depakine -un medicamento antiepiléptico también utilizado como "modulador del humor" para el trastorno bipolar, que en la mayoría delos casos cuenta con fármacos alternativos más seguros, y como eran conocidos desde hace décadas. Pero no solo el riesgo, sino la elevada tasa de afectación física, psicológica y cognitiva de los niños expuestos en el periodo fetal. También se describe como las autoridades y la empresa han reaccionado ante un riesgo conocido tan severo "como siempre": es decir, de manera "tardía, lenta y tibia"

 

el boletín completo en http://bit.ly/2Fm3Dd4

 

 

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