Tratamiento farmacológico de la hiperplasia prostática benigna: elige el de menor riesgo
En vista de la eficacia, en el mejor de los casos, modesta de los fármacos en la hiperplasia prostática benigna, es importante sopesar con mayor cuidado sus efectos indeseables, conocidos o previsibles, para elegir una estrategia terapéutica. Rev Prescrire, 1 de febrero de 2023
La hipertrofia prostática benigna es un fenómeno fisiológico asociado al envejecimiento. En muchos hombres, se manifiesta por trastornos de la micción, en particular, una mayor frecuencia de micción. Estos trastornos a veces afectan la calidad de vida de los pacientes, especialmente cuando interfieren con el sueño y las actividades diarias. Las modificaciones de ciertos hábitos de vida a veces son suficientes para reducir las molestias, como limitar la ingesta de bebidas en las horas previas a acostarse y reducir el consumo de sustancias con acción diurética como el café o el alcohol.
A principios de 2023, todos los medicamentos autorizados para la hiperplasia prostática benigna tienen, en el mejor de los casos, una eficacia modesta. Por tanto, la elección se guía por su perfil de efectos adversos: hipotensión ortostática y otros trastornos cardiovasculares con bloqueadores alfa-1; trastornos sexuales, trastornos neuropsiquiátricos graves y mayor riesgo de cáncer de próstata de alto grado con inhibidores de la 5-alfa reductasa; sangrado excesivo en caso de ingesta concomitante de un antivitamina K con los extractos de Serenoa repens; trastornos cardiovasculares a veces mortales con inhibidores de la fosfodiesterasa tipo 5.
Por lo tanto, la primera opción es un bloqueador alfa-1 como la tamsulosina (Omix° LP) o la alfuzosina (Xatral°). Un inhibidor de la 5-alfa reductasa como la finasterida (Chibro-Proscar°) constituye una alternativa en ciertos pacientes muy avergonzados con un gran volumen prostático.
el artículo completo
"Traitement de l'hypertrophie bénigne de la prostate" Rev Prescrire 2023 ; 43 (472) : 121-128.