Tratar la ansiedad en 2017 Optimizar el cuidado para mejorar los resultados

JAMA. 5 de julio de 2017 A pesar de la falta de nuevas terapias farmacológicas para la ansiedad en la década pasada, la evidencia de la TCC para la ansiedad ha aumentado, así como la experiencia de los médicos con los fármacos existentes como ISRS y IRSNs y una familiaridad necesaria con las ventajas y desventajas del uso de benzodiazepinas. Aunque en un futuro no muy lejano se espera el desarrollo de nuevas terapias, ya se dispone de herramientas efectivas y, cuando se usan con habilidad, ayudan a mejorar la vida de los pacientes con trastornos de ansiedad.

JAMA. 5 de julio de 2017

Los trastornos de ansiedad son frecuentes y perjudiciales, y son una de las principales causas de años de vida ajustados por discapacidad en todo el mundo. La estimación de la prevalencia de trastornos de ansiedad en adultos estadounidenses en 12 meses es de aproximadamente el 10% . Sin embargo, desde 2007 no se han aprobado nuevos ansiolíticos por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA). Aunque se necesitan nuevos tratamientos de ansiedad, los pacientes pueden beneficiarse de las terapias farmacológicas y psicosociales existentes, que se aplican utilizando las mejores prácticas actuales.

Los trastornos de ansiedad más comúnmente encontrados entre los pacientes que se ven en entornos de atención médica incluyen trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico, trastorno de ansiedad social y trastorno de estrés postraumático (un trastorno relacionado con el trauma y el estrés en el DSM-5). En este artículo, se destacan las consideraciones de manejo del paciente con trastornos de ansiedad, para médicos que no son psiquiatras, pero que tratan la mayoría de estos en los Estados Unidos.Cuando se indica el tratamiento de ansiedad, es razonable comenzar con intervenciones que sean accesibles, de bajo costo y seguras. Estos incluyen el ejercicio físico y enfoques basados en la atención plena de reducción del estrés (disponibles a través de aplicaciones o programas basados en la web). Además, los pacientes deben dirigirse a fuentes en línea de información de alta calidad sobre su enfermedad y su tratamiento. Muchos pacientes reportarán algún beneficio de estos enfoques, pero la mayoría requerirá alguna intervención más, que solo esto.

 Los tratamientos principales para los pacientes con ansiedad incluyen antidepresivos (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina [ISRS] o inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina [IRSN]) y terapias cognitivo-conductuales (TCC)

Cualquier modalidad de tratamiento por sí sola es probable que beneficie sustancialmente más del 50% de los pacientes con ansiedad. Estos enfoques se han incorporado a los programas de atención en colaboración, pero sus elementos pueden aplicarse en la mayoría de los contextos clínicos. ISRSs comúnmente utilizados y IRSNs incluyen duloxetina, escitalopram, fluoxetina, sertralina y venlafaxina. Si se elige la farmacoterapia, el tratamiento debe iniciarse con un ISRS o IRSN a la dosis más baja disponible, y la dosis debe ser aumentada cada 2 a 4 semanas para minimizar los efectos adversos mientras se asegura el tiempo suficiente para los efectos activos

 Las benzodiazepinas son para la ansiedad lo que los opioides son para el dolor

Cuando los antidepresivos son ineficaces (o parcialmente eficaces) y la TCC ha fallado, pueden ser consideradas las benzodiazepinas. Al igual que los opioides para el dolor, las benzodiazepinas para la ansiedad son altamente efectivas en el corto plazo, susceptibles de abuso por algunos pacientes y generalmente desalentadas para el uso crónico, aunque a veces indispensables. Las benzodiazepinas deben evitarse en pacientes con historial de consumo de alcohol o de otras drogas (la gabapentina o la pregabalina son potenciales sustitutos). Las benzodiazepinas de acción prolongada como el clonazepam (tomado según un regimen programado, no según necesidad) podrían ser consideradas para pacientes refractarios al tratamiento.

A pesar de la falta de nuevas terapias farmacológicas para la ansiedad en la década pasada, la evidencia de la TCC para la ansiedad ha aumentado, así como la experiencia de los médicos con los fármacos existentes como ISRS y IRSNs y una familiaridad necesaria con las ventajas y desventajas del uso de benzodiazepinas. Aunque en un futuro no muy lejano se esperael desarrollo de nuevas terapias, ya se dispone de herramientas efectivas y, cuando se usan con habilidad, ayudan a mejorar la vida de los pacientes con trastornos de ansiedad.

 

 

 

Stein MB, Craske MG. Treating Anxiety in 2017 Optimizing Care to Improve Outcomes. JAMA. Published online July 05, 2017. doi:10.1001/jama.2017.6996

 

http://bit.ly/2tQgbHf

 

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