El etiquetado de pacientes en atención primaria. El caso de la cronicidad

Atención Primaria, 2 de noviembre de 2017 Es conveniente una reflexión ética sobre el cuidado de las personas consideradas frágiles en nuestro sistema sanitario y social. Atendiendo al principio de justicia, los profesionales sanitarios tenemos el deber de cuidar más y mejor a las personas en situación de mayor vulnerabilidad. Pero cabe plantearse si la estratificación de la población es la estrategia óptima para conseguirlo. El etiquetado de pacientes no es inocuo y comporta focos de tensión ética que nos disponemos a analizar.

Atención Primaria, 2 de noviembre de 2017

Desde hace un siglo el envejecimiento sigue una trayectoria ascendente en España. Sin embargo, en la última década ha menguado el porcentaje de esperanza de vida saludable1, aumentando los años vividos en situación de comorbilidad y discapacidad. Al envejecimiento se ha atribuido la subida del gasto sanitario, pero algunos estudios de economía de la salud lo matizan2 ;  3: Puig-Junoy sostiene que el factor más influyente es el mayor uso de recursos sanitarios y el coste de la tecnología. Por otra parte, los datos del Instituto Nacional de Estadística muestran que en 2014 existía un mayor porcentaje de personas con enfermedades crónicas respecto a 2009, no solo en mayores de 65 años sino en todos los grupos de edad. En este contexto (envejecimiento, enfermedades crónicas e incremento del gasto sanitario) se ha acuñado el término «cronicidad»4. Se habla de persona en situación de cronicidad cuando presenta problemas de salud y limitaciones en su actividad de carácter perdurable; es un concepto impreciso asociado a la pluripatología, la comorbilidad y la fragilidad en su manejo sanitario y social. El gobierno español elaboró en 2012 un documento llamado «Estrategia para el Abordaje de la Cronicidad en el Sistema Nacional de Salud»5 en el que se aconseja la estratificación de la población para identificar subgrupos con diferentes niveles de necesidad y riesgo, e implantar en ellos planes individualizados de atención, adaptados a sus necesidades.

Es conveniente una reflexión ética sobre el cuidado de las personas consideradas frágiles en nuestro sistema sanitario y social. Atendiendo al principio de justicia, los profesionales sanitarios tenemos el deber de cuidar más y mejor a las personas en situación de mayor vulnerabilidad6. Pero cabe plantearse si la estratificación de la población es la estrategia óptima para conseguirlo. El etiquetado de pacientes no es inocuo y comporta focos de tensión ética que nos disponemos a analizar.

 

el artiuclo

Laia Riera Armengol El etiquetado de pacientes en atención primaria. El caso de la cronicidad Atención Primaria Volume 49, Issue 9, November 2017, Pages 508–509 https://doi.org/10.1016/j.aprim.2017.10.002

 

en http://bit.ly/2A0jJWB

 

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