Impacto en los pacientes de la reducción de la toxicidad hospitalaria

Am J Med, agosto de 2018

La recuperación de la hospitalización incluye la recuperación de la enfermedad aguda que conduce a la admisión, pero también la recuperación de la alteración fisiológica creada por el entorno de la atención hospitalaria. Esta afección secundaria se ha denominado síndrome poshospitalario y se ha definido como un período transitorio de vulnerabilidad adquirida, debido al estrés alostático y fisiológico que los pacientes experimentan durante la hospitalización. Durante la hospitalización, los pacientes con frecuencia se ven privados del sueño, experimentan trastornos en los ritmos circadianos normales, se vuelven desacondicionados y pierden casi por completo el control personal. La alteración del sueño está bien documentada y puede afectar múltiples sistemas orgánicos, incluyendo la función inmune, la coagulación, la función física y la coordinación, el rendimiento cognitivo y el metabolismo.

La alteración de los ritmos circadianos afecta la expresión de proteína celular diaria y puede influir significativamente en los resultados clínicos. desde el momento de la curación de la herida hasta los resultados quirúrgicos.
La pérdida de control personal es común durante la hospitalización y es tan profunda que se ha dicho que ser paciente de un hospital es una de las situaciones más desfavorables que se pueden experimentar en la sociedad moderna

Antecedentes: Los ritmos circadianos son oscilaciones endógenas de 24 horas en los procesos biológicos que controlan casi todas las funciones fisiológicas y conductuales. La alteración en los ritmos circadianos puede tener un impacto adverso en los resultados de salud a corto y largo plazo.

La atención hospitalaria de rutina a menudo causa una interrupción significativa en los patrones de sueño y vigilia que se agrava aún más por la pérdida del control personal de la información de salud y las decisiones de salud. Deseamos evaluar las medidas dirigidas a mejorar el ritmo circadiano y el acceso a la información de salud diaria sobre los resultados hospitalarios.

Métodos: Evaluamos 3.425 pacientes consecutivos ingresados ​​en una unidad médico-quirúrgica compuesta por un ala de intervención (n = 1.185) o un ala de control estándar (n = 2.240) durante un período de 2,5 años. Los pacientes de intervención recibieron medidas para mejorar el sueño que incluyeron la reducción del ruido nocturno, la demora de la flebotomía matutina rutinaria, la monitorización pasiva de signos vitales y el uso de iluminación con rojo después del atardecer, así como acceso a información de salud diaria utilizando un portal para pacientes ingresados.

Resultados: Los pacientes de intervención accedieron al portal de pacientes hospitalizados con frecuencia durante la hospitalización en busca de información personal de salud y atención. Las medidas que afectan la calidad y la cantidad de sueño mejoraron significativamente. La duración de la estancia fue de 8,6 horas menos (P = 0,04), las tasas de readmisión a los 30 y 90 días fueron un 16% y un 12% menores, respectivamente (ambas P ≤ 0,02), y la salud emocional / mental autoevaluada fue mayor ( 69.2% vs 52.4%; P = 0.03) en el grupo de intervención en comparación con los controles.

 Conclusiones: Cambios modestos en la atención hospitalaria de rutina pueden mejorar el entorno hospitalario que afecta el sueño y el acceso a la información sobre la salud, obteniendo mejoras en los resultados hospitalarios. Los patrones de sueño-vigilia de los pacientes hospitalizados representan una posible vía para mejorar aún más la calidad y la seguridad del hospital.

el trabajo

 Richard V. Milani, et al Reducing Hospital Toxicity: Impact on Patient Outcomes August 2018Volume 131, Issue 8, Pages 961–966 DOI: https://doi.org/10.1016/j.amjmed.2018.04.013

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