Cambiar el retraso en la confirmación tiene un impacto significativo en la transmisión de enfermedades y la estimación de la transmisibilidad. Esto lleva a una recomendación clara de que la demora debe monitorearse y reducirse durante los brotes, y que la dinámica de demora debe incorporarse en los modelos para evaluar los efectos de las intervenciones no farmacéuticas. Lancet, 17 de diciembre de 2021