Para conservar energía ante un presupuesto energético cada vez menor, el cerebro despliega respuestas de conservación de energía, que suprimen los procesos de baja prioridad, produciendo fatiga, inactividad física, capacidades sensoriales embotadas, alteraciones inmunológicas y "déficits" endocrinos. Llamamos a esta cascada el modelo de conservación de energía cerebro-cuerpo (ECC) del envejecimiento. Nat Aging 8 de octubre de 2024