Lancet, 25 de julio de 2019 Una estrategia basada en el riesgo cardiovascular (QRISK2 ≥10%) podría prevenir más de un tercio adicional de eventos de enfermedades cardiovasculares que la directriz NICE 2011 y un quinto más que la directriz NICE 2019, con una eficiencia similar respecto al número de pacientes tratados por evento evitado.