La incidencia acumulada de disfunción cardíaca aumentó del 1,8% a los 2 años al 15,3% a los 15 años desde el inicio de la terapia cardiotóxica. Estos hallazgos proporcionan evidencia que respalda la vigilancia ecocardiográfica durante varios años después de la terapia cardiotóxica y también sugieren la necesidad de examinar la eficacia del manejo de los factores de riesgo cardiovascular para mitigar el riesgo. Journal of Clinical Oncology, 4 de junio de 2024.