Lancet, 2 de mayo de 2017
A pesar de su baja incidencia anual, los SCAR, especialmente el síndrome de Stevens-Johnson, la necrólisis epidérmica tóxica y el síndrome de DRESS, pueden ser mortales y responsables de secuelas graves y potencialmente crónicas, por lo cual los médicos deben ser capaces de reconocer los SCAR para permitir la retirada temprana del fármaco y un manejo apropiado.