La técnica de obtención de la vena "sin contacto", que consiste en preservar el tejido perivascular y la adventicia y evitar la distensión manual de la vena, redujo de forma consistente y robusta el riesgo de oclusión del injerto venoso y de varios eventos cardíacos entre un tercio y la mitad en los tres años posteriores a la cirugía de revascularización coronaria. British Medical Journal, 30 de abril de 2025.