Escitalopram vs. citalopram: el predominio de un enantiómero refleja el marketing, no la evidencia .

Este boletín presenta una reevaluación detallada de cómo se compara el enantiómero único escitalopram (Cipralex, Lexapro) con su fármaco precursor, citalopram (Celexa). En 2002 informamos por primera vez que ningún ensayo clínico aleatorizado favorecía al escitalopram. Nuestra nueva revisión sistemática demuestra que aún no hay motivos para creer que el escitalopram sea mejor o más seguro que su precursor. También muestra que, sin embargo, el escitalopram cuesta significativamente más que el citalopram y se ha vuelto cada vez más popular , lo que plantea la cuestión de si los médicos y los pacientes han sido engañados por el marketing. Therapeutics Letter, 13 de noviembre de 2025

Este boletín presenta una reevaluación detallada de cómo se compara el enantiómero único escitalopram (Cipralex, Lexapro) con su fármaco precursor, citalopram (Celexa). En 2002 informamos por primera vez que ningún ensayo clínico aleatorizado favorecía al escitalopram. Nuestra nueva revisión sistemática demuestra que aún no hay motivos para creer que el escitalopram sea mejor o más seguro que su precursor. La Therapeutics Letter también muestra que, sin embargo, el escitalopram cuesta significativamente más que el citalopram y se ha vuelto cada vez más popular en la Columbia Británica, lo que plantea la cuestión de si los médicos y los pacientes de la Columbia Británica han sido engañados por el marketing. 

 Si alguna vez ha asistido a un evento patrocinado por una farmacéutica, quizá recuerde cómo los mensajes de los líderes de opinión se adaptan sutilmente (¿o no tan sutilmente?) para priorizar los intereses comerciales sobre los de los pacientes o el público.

¿Debería importarnos esto a los clínicos no académicos?

Dados los efectos del envejecimiento de la población y el aumento del costo de las nuevas tecnologías y fármacos, tenemos un papel cada vez más importante en la preservación de la accesibilidad económica a la atención sanitaria. En una próxima publicación de Therapeutics Letters se analizarán otros ejemplos de cómo la «extensión indefinida» de los medicamentos puede llevarnos a prescribirlos innecesariamente a precios elevados. Esperamos que nuestras publicaciones , elaboradas tras una rigurosa evaluación crítica e investigación exhaustiva, ayuden a clínicos y pacientes a ejercer la medicina de forma racional y a ahorrar recursos valiosos.

Las conclusiones de la Therapeutics Letter 159 son:

  • Los datos procedentes de ensayos clínicos aleatorizados (ECA) patrocinados por la industria e inherentemente sesgados no muestran diferencias significativas en los beneficios o los daños entre el escitalopram (un enantiómero) y el citalopram racémico (ambos enantiómeros del fármaco original).
  • El escitalopram genérico cuesta sustancialmente más que el citalopram, pero es mucho más popular en la Columbia Británica (BC).
  • La división de las pastillas podría reducir los costos para los pacientes que desean ahorrar dinero.

Resumen

Antecedentes:  El citalopram es un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS) racémico. Su enantiómero S, el escitalopram, se introdujo como un producto con patente extendida. A pesar de su mayor costo, el escitalopram se ha convertido en el ISRS más recetado en la Columbia Británica, principalmente debido a las afirmaciones publicitarias sobre un inicio de acción más rápido, mayor eficacia y menos efectos adversos. Este cambio en la prescripción se produjo a pesar de la clara evidencia de que el escitalopram no es más eficaz ni más seguro que el citalopram.

Objetivos: Esta Therapeutics Letter reevalúa la eficacia y seguridad comparativas de escitalopram y citalopram para el tratamiento del trastorno depresivo mayor y los trastornos de ansiedad mediante una revisión sistemática de ensayos clínicos aleatorizados (ECA) comparativos directos. Evaluamos la calidad de los estudios, el sesgo de publicación y los resultados reportados para determinar si existen diferencias clínicamente significativas en la eficacia o seguridad que justifiquen el dominio del mercado de escitalopram, a pesar de su mayor costo.

Recomendaciones:  Una revisión de 17 ECA (todos con alto riesgo de sesgo) demostró que el escitalopram no presenta ventajas clínicamente significativas sobre el citalopram. Para las nuevas prescripciones, se recomienda el citalopram, ya que es considerablemente más económico. Para lograr un ahorro para los pacientes, los médicos deberían considerar cambiar las prescripciones de escitalopram por citalopram en una proporción de 2:1 (dosis equipotente).

 Resumen en términos sencillos

Escitalopram frente a citalopram: el predominio de un enantiómero refleja estrategias de marketing, no evidencia científica.

¿De qué trata esta investigación?

Esta investigación analiza dos fármacos, escitalopram y citalopram, para determinar si uno funciona mejor o es más seguro que el otro.

¿Para qué se utilizan estos medicamentos?

Ambos medicamentos se utilizan para tratar la depresión y la ansiedad. Pertenecen a un grupo de fármacos llamados ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina). La serotonina es un neurotransmisor presente en el cerebro y otras partes del cuerpo. Se cree que influye en el estado de ánimo y tiene muchas otras funciones en el organismo.

¿Qué son el escitalopram y el citalopram?

El citalopram (comercializado frecuentemente como Celexa) es un antidepresivo común. Está compuesto por dos moléculas “en imagen especular”, como un par de zapatos izquierdo y derecho.

La versión más reciente y costosa es el escitalopram (comercializado como Cipralex en Canadá). Está compuesta únicamente por la molécula conocida como "zapato izquierdo". La farmacéutica patentó esta nueva versión de "zapato único" para poder seguir obteniendo beneficios una vez que expirara la patente original del citalopram.

¿Por qué era necesaria la investigación de la Iniciativa de Terapéutica (TI)?

Aunque el nuevo fármaco escitalopram es más caro, se ha convertido en el ISRS más recetado en la Columbia Británica. Esto se debe a las campañas de marketing de la compañía, que afirmaban que actúa más rápido, es más eficaz y produce menos efectos secundarios. Los investigadores de TI querían comprobar si estas afirmaciones publicitarias eran ciertas.

¿Cómo comprobaron los investigadores las afirmaciones publicitarias?

Los investigadores realizaron una revisión sistemática. Identificaron 17 estudios clínicos que comparaban los dos fármacos y analizaron los resultados. Casi todos estos estudios fueron financiados por compañías farmacéuticas y presentaban un alto riesgo de sesgo, ya que estaban diseñados para que el nuevo fármaco pareciera mejor de lo que realmente era.

¿Qué descubrieron los investigadores?

No encontraron diferencias significativas entre citalopram y escitalopram en cuanto a su eficacia o seguridad. Esto significa que, para el paciente promedio, el fármaco más nuevo y costoso no es más eficaz, no actúa más rápido ni es más seguro que el fármaco más antiguo y económico.

¿Qué recomiendan los investigadores de TI?

Dado que ambos fármacos funcionan de la misma manera, el citalopram es la mejor opción para la mayoría de los pacientes que comienzan a tomar un ISRS para comprobar si les resulta eficaz. Es más económico y funciona igual de bien.

Si un paciente ya está tomando escitalopram, los médicos y farmacéuticos pueden considerar cambiar a citalopram, utilizando el doble de la dosis en miligramos. Esto puede lograr el mismo efecto, a la vez que supone un ahorro para el paciente.


 El boletín completo

Therapeutics Letter [159] Escitalopram vs. citalopram: one enantiomer’s dominance reflects marketing, not evidence. (octubre-noviembre-diciembre de 2025)

disponible en https://n9.cl/pjsh5

  

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