Farmacología

Armazón reabsorbible con everolimus vs angioplastia para la isquemia crónica infrapoplítea que amenaza la extremidad

08 enero 2024

En pacientes con isquemia crónica que amenaza la extremidad debida a enfermedad de la arteria infrapoplítea, el uso de un armazón reabsorbible liberador de everolimus fue superior a la angioplastia con respecto al criterio principal de valoración de eficacia. New England Journal of Medicine, 4 de enero de 2024.

Arterialización transcatéter de las venas de los miembros inferiores para evitar amputaciones

30 marzo 2023

Cuando la isquemia severa de los miembros inferiores no tiene opciones de revascularización con los procedimientos quirúrgicos o endovasculares tradicionales, la arterialización transcatéter de las venas profundas resultó segura y redujo la necesidad de amputaciones. New England Journal of Medicine, 30 de marzo de 2023.

Terapia endovascular o quirúrgica para la arteriopatía periférica

22 diciembre 2022

En pacientes con una vena safena adecuada para realizar el puente vascular, la cirugía superó al tratamiento endovascular en el desenlace de requerir nueva intervención o amputación. En aquellos en los que se utilizó una prótesis arterial, no hubo diferencia entre la estrategia endovascular y la quirúrgica. New England Journal of Medicine, 22 de diciembre de 2022.

Tratamiento quirúrgico o endovascular de  la isquemia severa de miembros inferiores

08 noviembre 2022

En pacientes con isquemia crónica y severa que tenían una vena safena adecuada para la revascularización quirúrgica, los resultados fueron significativamente mejores en el grupo quirúrgico que en el grupo de tratamiento endovascular. Para aquellos pacientes que carecían de una vena safena adecuada para la cirugía, los resultados en los dos grupos fueron similares. New England Journal of Medicine, 7 de noviembre de 2022.

La caminata intensa mejora la capacidad de marcha en la arteriopatía obstructiva

08 abril 2021

Este estudio de pacientes con enfermedad arterial obstructiva de los miembros inferiores mostró que, luego de un año de caminar regularmente con intensidad suficiente para provocar los síntomas isquémicos, aumentó la capacidad de marcha en forma significativa. Por el contrario, el grupo de caminata ligera y el control sin ejercicio no modificaron sus resultados. JAMA, 6 de abril de 2021.

Categorias