Farmacología

La AEMPS advierte de los riesgos graves para la salud por el consumo de dióxido de cloro o MMS

22 septiembre 2020

El consumo de soluciones de dióxido de cloro y de clorito de sodio (MMS) supone un grave riesgo para la salud y no se recomienda su consumo en ningún caso. No existe evidencia científica de ningún tipo de que sea eficaz para el tratamiento o prevención de la COVID-19 ni de ninguna otra patología. Diferentes autoridades sanitarias –incluyendo la AEMPS- vienen advirtiendo desde 2010 de los riesgos de su consumo y tomando medidas para evitarlo. AEMPS, 18 de septiembre de 2020

Dióxido de cloro: ANMAT recomienda no consumir medicamentos no autorizados

05 agosto 2020

Debido a la circulación de información en redes sociales y medios digitales relacionados a la utilización de dióxido de cloro para el tratamiento de COVID-19 u otras enfermedades, se recuerda que el producto mencionado no cuenta con estudios que demuestren su eficacia y no posee autorización alguna por parte de este organismo para su comercialización y uso.  ANMAT, 4 de agosto de 2020.

La OPS no recomienda tomar productos que contengan dióxido de cloro, clorito de sodio, hipoclorito de sodio o derivados

20 julio 2020

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) no recomienda utilizar productos a base de dióxido de cloro o clorito de sodio por vía oral o parenteral en pacientes con sospecha o diagnóstico de COVID-19, ni en ningún otro caso, porque no hay evidencia sobre su eficacia y la ingesta o inhalación de estos productos podría ocasionar graves efectos adversos. OPS, actualizado 17 de julio del 2020

Coronavirus: la propagación de información errónea

20 marzo 2020

BMC Med, 18 de marzo de 2020  Recientemente ha habido un aumento global en la difusión de información errónea que ha afectado a la comunidad científica y al público. La desconexión entre el consenso científico y los miembros del público sobre temas como la seguridad de las vacunas, la forma de la tierra o el cambio climático ha existido durante varios años. Sin embargo, esto ha empeorado progresivamente a medida que la sociedad se ha dividido aún más en el clima político de hoy. A su vez, ha creado un entorno óptimo para que los grupos contra la ciencia ganen terreno y propaguen sus falsas teorías e información. La crisis de salud pública que surge debido al coronavirus (COVID-19) también está comenzando a sentir los efectos de la desinformación. La difusión de información falsa ahoga las fuentes creíbles y, a su vez, genera una mayor confusión pública, lo que en última instancia conduce a una mayor difusión y a una mitigación ineficiente de la transmisión del virus.

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