Además de los beneficios cardiovasculares (CV) establecidos de los inhibidores de SGLT2, los datos aleatorizados respaldan su uso para modificar el riesgo de progresión de la enfermedad renal y lesión renal aguda, no solo en pacientes con diabetes tipo 2 con alto riesgo CV, sino también en pacientes con enfermedad renal crónica o insuficiencia cardiaca, independientemente del estado de diabetes, nefropatía primaria o función renal. The Lancet, 6 de noviembre de 2022.