Los biomarcadores cardiovasculares se asociaron fuertemente con eventos cardiovasculares fatales y no fatales, y con la mortalidad, pero la adición de los biomarcadores a los factores de riesgo establecidos condujo sólo a una pequeña mejora en las métricas de predicción del riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica, aunque fue más favorable para la insuficiencia cardíaca y la mortalidad. JAMA, 13 de mayo de 2024.