Se consideró que alrededor de una octava parte de 411 recomendaciones de tratamientos basados en el genoma para cánceres sólidos tenían probabilidades de ofrecer un alto beneficio a los pacientes, mientras que se identificó que alrededor de un tercio ofrecía un beneficio sustancial prometedor pero no probado. Garantizar que las recomendaciones estén alineadas con los beneficios clínicos esperados es crucial para promover decisiones de tratamiento informadas, basadas en evidencia y guiadas por genómica. BMJ, 20 de agosto de 2024.