Los ensayos que demostraron el beneficio del tratamiento con betabloqueantes después de un infarto de miocardio (IM) se llevaron a cabo en una era anterior al diagnóstico moderno basado en biomarcadores y al tratamiento con intervención coronaria percutánea y una variedad de fármacos específicos. Este trabajo seleccionó pacientes con IM estudiados con angiografía coronaria temprana, con fracción de eyección del ventrículo izquierdo ≥50%, evaluando el efecto de los betabloqueantes a largo plazo, sin mostrar reducción de la mortalidad o de la recurrencia del infarto. New England Journal of Medicine, 7 de abril de 2024.