La evidencia actual destaca el modesto efecto de las intervenciones existentes en el lugar de trabajo sobre la actividad física. Algunas estrategias, como las estaciones de trabajo que permiten trabajar de pie y sentado, y las intervenciones gamificadas, reducen eficazmente el sedentarismo y fomentan formas más ligeras de actividad física, pero ninguna mejora de forma consistente la actividad física de moderada a vigorosa, que proporciona los mayores beneficios para la salud. Dado que muchos países no alcanzan el objetivo de la OMS de reducir la prevalencia de la inactividad física en un 15 % con respecto a los niveles de 2010 para 2030, se requieren mayores esfuerzos para abordar esta brecha, alcanzar los objetivos globales y aliviar la carga de salud que conlleva la inactividad física. Lancet Public Health, abril 2025